Estuvimos leyendo "La fábrica de cretinos digitales" y los llama la atención qué actual es lo que ha escrito Michel Desmurget en 2019. Compartimos uno de sus capítulos, que realmente describe lo que está sucediendo con las opiniones, y con las pantallas frente a nuestros hijos.
Editorial: Ediciones Península, Diagonal 662-664 08034 Barcelona edicionespeninsula@planeta.es www.edicionespeninsula.com
Michel Desmurget es doctor en neurociencia y director de investigación en el Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica de Francia. Es autor de una vasta obra científica y de divulgación y ha colaborado en centros de investigación como el MIT o la Universidad de California. Con La fábrica de cretinos digitales ganó el premio Femina de las letras francesas.
CUENTOS Y LEYENDAS
"La capacidad que demuestran ciertos periodistas, políticos y expertos
habituales en los medios de comunicación para difundir, sin el menor
atisbo de crítica, las fábulas más extravagantes de la industria digital es
absolutamente prodigiosa. Hasta podría provocarnos una sonrisa si no
fuera porque conocemos el enorme poder que tiene la repetición. En
efecto, en el imaginario colectivo, estas fábulas acaban por convertirse
en hechos reales a fuerza de reproducirlas una y otra vez. En ese
momento, se deja atrás el terreno del debate fundamentado para entrar en
el espacio de la leyenda urbana, es decir, de una historia «suficientemente
plausible para ser creída, basada sobre todo en rumores y ampliamente
difundida como verdadera».5 Así, si se repite con la frecuencia necesaria
que, por su apabullante dominio de lo digital, las nuevas generaciones
tienen un cerebro y unas formas de aprender diferentes, la gente acabará
por creerlo, y una vez que lo crea, su visión de la infancia, de la
adquisición de conocimientos y del sistema educativo cambiará por
completo. Por eso, desmontar las leyendas que contaminan el
pensamiento es el primer paso imprescindible para reflexionar de un
modo objetivo y fecundo acerca del verdadero impacto de los
dispositivos digitales.
«Una generación diferente»
En el maravilloso mundo de lo digital, las ficciones son abundantes y
variadas. Sin embargo, si se analizan bien, se puede observar que casi
todas ellas se basan en la misma quimera inicial: las pantallas han
provocado una transformación sustancial del funcionamiento intelectual
de los jóvenes —que ahora se llaman «nativos digitales»— y de su forma
de relacionarse con el mundo.6-10 En palabras del ejército misionero de la
catequesis digital, «hay tres rasgos fundamentales que caracterizan a esta
[nueva] generación: el paso frenético de una tarea a otra, la impaciencia
y lo colectivo. Esperan una reacción inmediata: ¡todo tiene que ir rápido
o, incluso, muy rápido! Les gusta trabajar en equipo y poseen una cultura
digital transversal de tipo intuitivo, cuando no instintivo. Han
comprendido la fuerza del grupo, de la ayuda mutua y del trabajo
colaborativo [...]. Muchos huyen del razonamiento demostrativo,
deductivo, “paso a paso”, y prefieren el tanteo que facilitan los
hipervínculos».11 Las tecnologías digitales están ya «tan imbricadas en
sus vidas que es imposible separarlas de ellas [...]. Al haber crecido con
Internet, primero, y con las redes sociales, después, abordan los
problemas basándose en la experimentación, en el diálogo con su
entorno, en la cooperación transversal para determinados proyectos».12
Inmersos desde el momento mismo de su nacimiento en un mágico
mundo de pantallas de todo tipo, los niños «han dejado de ser “versiones
en miniatura de nosotros mismos”, como pudieron serlo en el pasado. [...]
Son hablantes nativos de la tecnología, dominan el lenguaje de los
ordenadores, de los videojuegos y de Internet»;13 «son rápidos, multitarea
y pasan con agilidad de una cosa a otra».14
Esta evolución es tan profunda que convierte definitivamente en
obsoleto cualquier planteamiento pedagógico del viejo mundo.11, 15-17 Ya
no se puede negar la realidad: «Nuestros estudiantes han cambiado
radicalmente. Los alumnos de hoy ya no son aquellos individuos para
cuya educación se creó nuestro sistema escolar. [...] Piensan y procesan
la información de un modo esencialmente distinto del de sus
predecesores».10 «De hecho, son tan diferentes de nosotros que ya no
podemos utilizar nuestros conocimientos propios del siglo xx ni nuestra
experiencia académica como punto de referencia para saber qué es lo
mejor para ellos en materia educativa [...]. Los alumnos de hoy han
aprendido a dominar una extensa variedad de herramientas [digitales] que
nosotros jamás dominaremos con su mismo nivel de competencia [...].
Estas herramientas son como prolongaciones de sus cerebros.»13 Los
profesores actuales carecen de la formación que se necesita para trabajar
con ellos y, por tanto, no están a la altura debida, ya que «hablan un
lenguaje superado (el de la edad predigital)».10 Sin duda, «ha llegado el
momento de pasar a otro tipo de pedagogía que tenga en cuenta la
evolución de nuestra sociedad»,18 porque «la educación de ayer no
permitirá formar los talentos de mañana».19 Y, en este contexto, lo mejor
sería entregar a nuestros prodigiosos genios digitales las llaves de todo el
sistema. Liberados ya de los arcaísmos del viejo mundo, «se convertirán
en la primera y más importante fuente de inspiración para transformar sus
colegios en espacios pertinentes y eficaces de aprendizaje».20..."
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