viernes, 10 de agosto de 2018

Vaccarezza , anécdotas e historia


La Academia Porteña del Lunfardo es una institución privada sin fines de lucro, cuyo objetivo primordial es la investigación lingüística, y en particular el estudio de la evolución del habla coloquial de Buenos Aires y de otras ciudades argentinas. 

Sus fines se extienden, además, al estudio, valorización y difusión de todos los aspectos que conforman la cultura popular de Buenos Aires, que son –aparte del lenguaje– la música, el canto, la literatura, la historia, la arquitectura y el arte porteños.

Fue fundada el 21 de diciembre de 1962; la iniciativa partió de José Gobello, Nicolás Olivari y Amaro Villanueva. El mismo Gobello, acompañado por Luis Soler Cañas y León Benarós, convirtió esos propósitos en realidad al convocar a un grupo de escritores y periodistas para considerar la creación de un instituto destinado al estudio del habla popular. 

Muchos filólogos de distintos países vienen a Buenos Aires, a la Academia a hacer sus tesis.

Con el transcurso del tiempo, varias de sus palabras han pasado a países limítrofes como Chile, Paraguay y Bolivia, donde hoy es frecuente el uso de lunfardismos en varias áreas urbanas del país. 

También, y mucho más recientemente (desde la década de 1990), en Perú se usan algunas palabras lunfardas. Toda esta "exportación" de lunfardismos de Argentina es debida a los muchos inmigrantes de dichos países radicados allí; y, sobre todo, a la difusión del tango y del rock argentino, estilos musicales en los que frecuentemente se utilizan términos del lunfardo.
El viernes 3 de agosto en la Academia Argentina del lunfardo, se recordó la historia del sainete, transitando caminos de bohemia, en la obra de Don Alberto Vaccarezza. Sus tangos, sus vocablos y el sentimiento lunfardo que hay en ellos y su poesía fue mágicamente “charlado” por su nieto Antonio. Bartolo Angel Venancio Vacarezza era su nombre real, dicho por su propio 
nieto. 

El conventillo de la Paloma es una de sus famosas obras, sainete festivo en un acto con tres cuadros, que fue estrenada el 5 de abril de 1929.


Alberto Vacarezza, como se hizo conocido cuando ganó un concurso en 1910 con su obra Los escrushantes, hizo las letras de Talán-talán, No le digas que la quiero, No me tires con la tapa de la olla, Araca corazón -que cantó Libertad Lamarque en el sainete El conventillo de la paloma, donde debutó-. 

Es una poesía en la que abunda en el melodrama de amores imposibles y villanos traidores.

Vacarezza fue el escritor que más derechos de autor cobró por sus obras (más de 200).Fue muy jugador, conoció a Gardel, a Libertad Lamarque,Azucena Maizani,  a muchos otros cantores y cantoras que le dieron vida a sus letras. Tan teatral fue su vida como su muerte. 

Poco antes de que ella aconteciera declaró: "Estoy ensayando pa finado".. (anécdota también contada por Don Alberto).


original cartel de los sanitarios




Guitarra de Rosita Quiroga, donada por su sobrina

con Carlos Casellas




vista del salón de ingreso a la Academia

La Sra Otilia Da Veiga ,Presidenta de la Academia, dio la bienvenida al multitudinario público y presentó formalmente al disertante.

                             

Estuvieron presentes, además de sus otros nietos, sus tataranietos y bisnietos. EL Sr. Antonio Vaccarezza habló de su abuelo desde el punto de vista familiar, además de contar innumerables anécdotas personales, entre las que está la “del mate”. Su hija Mercedes le cebaba mate mientras él escribía. Ya había pasado un largo rato, hasta que Mercedes se cansó y le dijo: “Papá, yo le dejo el mate y el  termo acá, me tengo que ir, siga usted”, a lo que Don Alberto se indignó y a su regreso, Mercedes encontró un papel que decía “tenés que saber que  a mí, el mate me gusta caminado”.

Tito Riovadeneira, María Paola Vaccarezza (bisnieta de Don Alberto), Camila y Lucas Giménez (tataranietos de Don Alberto), representaron en el escenario un fragmento de una de sus obras, “Juancito de la rivera”. (escuchar y ver presionando en este enlace:https://youtu.be/I8AXdkEzf_A)


Lucas,tataranieto del autor
Luego se escuchó un tango, “Padre nuestro”, en la voz de Azucena  Maizani, que fuera escrito por Don Alberto.y luego lo cantó su tataranieta.


Una velada poco usual para mí, personalmente, la cual disfruté y de la cual aprendí, ya que no es frecuente encontrarse con un descendiente de gente tan prestigiosa y valiosa como Don Alberto Vaccarezza. Agradezco la invitación al Sr. Carlos Casellas, excelente escritor, a quien entrevisté hace poco tiempo atrás. 
Antonio Vaccarezza, nieto del autor





Al finalizar, el Sr Alberto leyó un poema que le regaló el Sr Casellas.


Comparto con ustedes las fotos del lugar, que dicho sea de paso, está precioso. Necesita la ayuda de todos, para poder reparar algunos desperfectos edilicios, merece nuestra atención. 

Quienes deseen contactarse con ellos, pueden hacerlo en  Estados Unidos 1379,Buenos Aires, 011 4383-2393.


© Silvia Vázquez
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