Guardé la llave que me diste
en un cofre de madera
ajado, sin lustre, carcomido
por el tiempo y las ganas.
Como Neruda decía en su poema
“Para mi corazón basta tu pecho,
para tu libertad bastan mis alas.”
Eres libre, sí, eres libre.
Vuela hacia aquellos horizontes
donde te esperarán
otros brazos ansiosos .
Vuela, como el ave oscura
que cruza el océano frío y duro.
Ojalá tu vuelo sea calmo
como lo fue la paz de nuestras noches.
No guardo rencor, guardo la llave,
en el mismo lugar donde guardé
fotos viejas y recuerdos.
Quien sabe, si cuando abras la puerta
de tu corazón anciano,
dentro de algunos años,
encuentres alguna manera
de volver a mí,
aunque sea en tu memoria,
aunque sea en el recuerdo,
aunque sea, abriendo el cofre
imaginario donde aquella vez guardé la llave.
©Silvia Vázquez
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Hermoso,muy bello!
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