Había una vez una princesa vanidosa que siempre consultaba a su espejo quien era la más bonita de la región.
¿Cierto día encontró una rana y cuando le preguntó _Soy la más linda? La rana contestó croa croa...
Por eso la princesa corrió hacia su cuarto a consultar con el espejo. ¿Gran espejo sigo siendo la más linda?
Pero el espejo solo contestaba dos veces al día...así que debía esperar.
Mientras tanto, la rana siguió saltando hasta la entrada de la casa y desde allí hasta el cuarto de la princesa y así llegó hasta el gran espejo.
La rana, que sabía el secreto del espejo, de un salto se introduzco en su interior…Como era un espejo infinito y mágico pidió un deseo, ser un lindo joven.
Regresando al cuarto de la princesa, que estaba frente al espejo esperando que se cumpla el tiempo de consultas, la joven dio un gran grito al ver a un hermoso joven salir desde adentro del espejo.
Al consultar el espejo, éste le dijo que el joven había solicitado ser el más bello de toda la región.
Como su vanidad era muy grande…decidió que ella entraría a pedir ser la más linda del mundo conocido.
¡Pero lo que el espejo no le dijo… era que los deseos se revertían…por eso la niña pasó a ser rana!
La princesa rana, sintió una gran tristeza y nada podía hacer para revertir la magia.
Hasta que el joven bello se compadeció de la princesa rana y le contó el secreto.
-No pidas querida princesa ser la más linda…pide ser una joven nuevamente…
Se cansó de ser la más linda y fue la más amable de toda la región ayudando a todos los pobres que tanto necesitaban.
Y así la vanidosa joven, que regresó a su forma humana, desde ese día tapó el espejo para no tentarse nunca más…
©Maria Teresa Di Dio
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