Ganadores del Concurso literario “Letras y Poetas 2020”
Por octavo Año consecutivo el Galardón literario “Premio de
Alcance Nacional Letras y Poetas” premia el talento de los escritores Argentinos;
el Certamen contó con el Auspicio de la Dirección de cultura de la
Municipalidad de Guaminí y de Frecuencia 9 Garré, fue organizado y coordinado
por Nestor Omar Salgado y adhieren a esta iniciativa el Circulo Cooperativo de
escritores, Presidido por la escritora Ana Maria Robledo y la Alianza de poetas
y escritores
Luego del trabajo de selección del Honorable Jurado que
estuvo integrado por la escritora y periodista Silvia Mabel Vázquez y por el
escritor y periodista Jorge Alberto López tenemos el agrado de anunciarles los ganadores del mencionado concurso :
1° Primer premio en Narrativa, trabajo presentado “La Cita”
Seudónimo Merali, Autora: Mercedes Mouilleron, Ciudad de Cipolletti, Provincia
de Rio Negro; Recibe Plaqueta Acrílica con base de madera finamente diseñada
,Llavero y Diploma impreso
2° Premio en Narrativa, obra “La Carta” seudónimo Nina,
Autora: Nerea Inés Alvarez, Ciudad de Henderson, Provincia de Buenos Aires;
recibe Plaqueta Acrílica con base de madera finamente diseñada, llavero y
Diploma Impreso
3° Premio en Narrativa, trabajo presentado “Ángel” Seudónimo
Irupé, Autora: Elisa Dina Maldonado, Ciudad de Santa rosa, Provincia de la
Pampa; recibirá Diploma en Archivo PDF, por correo electrónico.
Poetas Ganadores en Poesía
1° Premio para la Poesía “Cuando” seudónimo Mazo, Autora:
Matilde Nieves Zorita, de Puerto Madryn, Provincia de Chubut, recibe Plaqueta
finamente diseñada, llavero con distintivo y diploma impreso
2° Premio poesía “Volar” seudónimo Abi; Autora: Claudia
Elorza, Ciudad de Guaminí, Provincia de Buenos Aires, recibe Plaqueta finamente
diseñada, de Acrílico con bases en madera, llavero y Diploma Impreso
3° Premio poesía “Ando buscando” seudónimo Valentín Farfán,
Autor Jorge A Benítez de la Ciudad de Guernica, provincia de Buenos Aires, recibe Diploma en archivo PDF (Ideal para imprimir) por
correo electrónico
Premio especial estimulo literario como Autora Notable lo
ganó la joven poeta Yesica Inés García, por su poesía Aceptarnos, bajo el
seudónimo Yessi; es de la Localidad de Laguna Alsina, Provincia de Buenos
Aires, recibe su Diploma en archivo PDF, por correo electrónico.
Reconocimiento
El Periodista Juan Carlos Natale, Director de FM Frecuencia
9 Garré, Dono una Plaqueta finamente diseñada y la misma sera entregada al
escritor, Miembro del Circulo Cooperativo de escritores, Jorge Alberto López
por su permanente colaboración con la organización de este Certamen literario.
Los organizadores expresaron que debido a la actual
situación que vive la Argentina, que nos llevo a suspender el evento de entrega
de Premios, que los mismos quedan a disposición de los escritores/as ganadoras,
que los podrán retirar desde la Ciudad de Casbas desde el próximo 14 de Abril
en adelante*; la otra opción seria coordinar con nosotros el envió de los
mismos por correo postal, o transporte.
Recordemos que ganar alguno de los premios estipulados en
los certámenes nos brindaba una gran satisfacción personal, ahora tenemos un
premio para lucir en nuestra casa y un reconocimiento para enriquecer nuestro
currículum El solo hecho de participar y poner nuestra obra ante un Jurado ya
es una manifestación de confianza en nuestra propia capacidad como escritores.
Néstor O Salgado
Coordinador/Organizador
Muy agradecida por haber sido seleccionada como una de las Jurados de este concurso. Fue un honor y un gusto para mí leer todas y cada una de las obras. Felicitaciones a los ganadores, y a quienes se animaron a escribir, ya que los trabajos fueron muy buenos.
¡¡¡Más Noticias!!!
Se encuentra abierta la inscripción hasta el 28 de Abril al
Certamen Literario de Alcance Nacional (para escritores radicados en Argentina)
Premio Galardón Amor Universal; impulsado desde la revista
Digital Amor Universal y Auspiciado por Semanario Casbas; lea las Bases en su
página Oficial: https://revistaamoruniversal.wordpress.com/
*Se podrán retirar o entregar los premios luego de superada
la Cuarentena".
TRABAJOS PREMIADOS
La cita Autora: Mercedes Moullerón
Otoño de árboles desnudos, de parques despoblados, de brisas frescas.
Un atril, lienzo, algunas pinturas, un pincel y yo, en ese espacio con bancos gastados y descoloridos.
Valoré el paisaje que la temprana tarde me ofrecía.
Enfoqué mis sentidos en la belleza del lugar y comencé mi obra.
Los colores varían con el paso de los minutos, el sol va agregando matices que me obligan a mirar una y otra vez para plasmarlo en lienzo.
De repente observé que el viejo banco ya no estaba vacío. Un hombre entre pensativo y ansioso parecía esperar a alguien.
Casi inconsciente empecé a imaginar su Soledad... quizás esperaba al amor de su vida... tal vez era una cita.
Pronto tuve el primer indicio. Una mujer elegante, con una amplia sonrisa caminaba hacia el hombre, que rápidamente acudió a su encuentro.
Fui testigo de un abrazo apretado, largo, deseado. Se miraban, se acariciaban. Secaban sus lágrimas y volvían a llorar.
Pronto tuve el primer indicio. Una mujer elegante, con una amplia sonrisa caminaba hacia el hombre, que rápidamente acudió a su encuentro.
Fui testigo de un abrazo apretado, largo, deseado. Se miraban, se acariciaban. Secaban sus lágrimas y volvían a llorar.
Se tomaban las manos.
Quise retener esas imágenes para que fueran parte de mi obra.
No se cuanto tiempo pasó. Ya no había luz para continuar el boceto.
La pareja del banco se había marchado.
Por el resto del día no pude dejar de pensar en esa cita, en la alegría de esos adultos llenos de amor y me invadió un extraño sentimiento. Envidia creo... pensé en mi Soledad, en el tiempo que hacía que no recibía ni daba un abrazo....
Enseguida deseché ese pensamiento. Yo sabía que esas historias eran de otros.
Al día siguiente me dispuse a seguir mi trabajo volviendo al mismo lugar, buscando el mismo escenario.
Con asombro vi que el hombre de la cita estaba allí, esta vez con una rosa en sus manos.
Que maravilloso!, pensé.. hoy la sorprenderá con una flor... y le dirá que la ama.
Casi inconscientemente esperé la llegada de la mujer. Estaba siendo testigo de una hermosa historia, aunque eso fuese motivo de nostalgia.
La Dama nunca llegó...el señor seguía allí, yo sentía su mirada sobre mi.. sobre mi pintura.
Mientras recogía las herramientas para marcharme se acercó... elogió mi trabajo.. siempre sonriendo.
- Soy Juan, acepte esta flor por favor, me dijo.
Solo pude decir un gracias, llenó de asombro y desconcierto.
Durante los días siguientes se repitió la misma escena. Ante la ausencia de su amada, me obsequió la flor, intercambiamos algunas palabras, y cada uno tomaba su calle.
Llegó el fin de mi obra.
Me despediría de Juan, que aún esperaba. Eso significaría que ya no lo vería, que no habrían más flores, que y aunque no eran para mí, me hacían ilusión.
No podía irme sin preguntar, y al momento de despedirme pregunté...
_ Seguirás esperando a esa mujer?
- ¿Qué mujer? Preguntó
_ Tu cita, la dama que abrazaste aquí, y que nunca volvió. La que esperaste cada día con una rosa.
_Esa mujer es mi hermana, nos reencontramos después de muchos años de ausencia!.
_¿Y las flores?, pregunté confusa.
_ Las traje cada día para ti.
Y nació el abrazo, ese que añore en Soledad.
Y esta vez la historia de amor fue mía.
La carta Autor: Nerea Inés Álvarez
Estaba, en cuclillas, poniendo una plantita de estación cuando mi nieto se acercó curioso, con un sobre en la mano: -Abue…para vos. Tiene remitente de Córdoba. -
Distraidamente y sin darle importancia tomé la carta. La miré indiferente. No tenía, actualmente, ningún amigo ni familiar allí. Por lo tanto no sabía quién podía enviarla. Pero cuando iba a guardarla en mi bolsillo, para leerla más tarde, algo me sobresaltó: su remitente.
Inmediatamente vino a mi memoria, un joven de ojos verdes y cabello oscuro, quien cincuenta años atrás fuera mi primer “noviecito”… ¿Sería Ángel?...Aquel muchachito que me diera el primer beso de amor, a escondidas de mi tía, una tardecita de verano, cuando volvíamos de tomar un helado.
La curiosidad se adueñó de mí. Y, sin que mi nieto entendiera nada, dejé todo plantado y me dirigí a la cocina, buscando intimidad para leer la misiva. Me sentía inquieta como una adolescente. Entonces apretando la carta en el bolsillo, corrí hasta la casa. Allí, el dormitorio me pareció el mejor lugar porque nadie me interrumpiría. Al pasar junto a Martín, le comenté: -Ya vengo. Voy hasta la cocina.-
En un instante estuve en la habitación. De soslayo me miré en el espejo, estaba ruborizada. ¿Qué me pasaba? Me sentía nerviosa, extraña, distinta. Desde que falleciera mi esposo, hacía diez años, no había habido oportunidad de sentirme así y mucho menos de
Otro día de rutina, pasa el tiempo y puedo ver en el rostro de Cathy cómo poco a poco se
¿Habría dejado de amarme? Confieso que varias veces la he visto llorando, contemplando
Cathy escúchame, esto no puede seguir así!- le grité y ella continuó su camino más de
Cuando el amor te llame y no te encuentre,
Cuando el eco de tu voz reclame tu sentir,
Cuando mi corazón desordenado no te nombre,
Cuando sean inútiles mis caricias sobre tu hombro,
y pesadas se desplomen ardientes en la tierra,
Sin saber de tu noche y de tu día…
Como decirte, amor, tan simplemente,
Que no me guardes odio y que me quieras.
Si tu impulso tempestuoso me lastima
Queriéndome cambiar mi sentimiento,
Que es dulce entrega a tus abismos,
y no la triste orfandad que te imaginas.
Rueda mi otoño en tu cascada,
y estruja mi pasión en aturdida flor,
La conviertes en fruta madura y la hieres
tu con tu con su fulgor.
Calma tu ímpetu mi amado
Que ya no soy aquella que dibujas.
Sino la que llega hasta tu sueño siempre,
Para que me aguardes en tu encuentro.
Quise retener esas imágenes para que fueran parte de mi obra.
No se cuanto tiempo pasó. Ya no había luz para continuar el boceto.
La pareja del banco se había marchado.
Por el resto del día no pude dejar de pensar en esa cita, en la alegría de esos adultos llenos de amor y me invadió un extraño sentimiento. Envidia creo... pensé en mi Soledad, en el tiempo que hacía que no recibía ni daba un abrazo....
Enseguida deseché ese pensamiento. Yo sabía que esas historias eran de otros.
Al día siguiente me dispuse a seguir mi trabajo volviendo al mismo lugar, buscando el mismo escenario.
Con asombro vi que el hombre de la cita estaba allí, esta vez con una rosa en sus manos.
Que maravilloso!, pensé.. hoy la sorprenderá con una flor... y le dirá que la ama.
Casi inconscientemente esperé la llegada de la mujer. Estaba siendo testigo de una hermosa historia, aunque eso fuese motivo de nostalgia.
La Dama nunca llegó...el señor seguía allí, yo sentía su mirada sobre mi.. sobre mi pintura.
Mientras recogía las herramientas para marcharme se acercó... elogió mi trabajo.. siempre sonriendo.
- Soy Juan, acepte esta flor por favor, me dijo.
Solo pude decir un gracias, llenó de asombro y desconcierto.
Durante los días siguientes se repitió la misma escena. Ante la ausencia de su amada, me obsequió la flor, intercambiamos algunas palabras, y cada uno tomaba su calle.
Llegó el fin de mi obra.
Me despediría de Juan, que aún esperaba. Eso significaría que ya no lo vería, que no habrían más flores, que y aunque no eran para mí, me hacían ilusión.
No podía irme sin preguntar, y al momento de despedirme pregunté...
_ Seguirás esperando a esa mujer?
- ¿Qué mujer? Preguntó
_ Tu cita, la dama que abrazaste aquí, y que nunca volvió. La que esperaste cada día con una rosa.
_Esa mujer es mi hermana, nos reencontramos después de muchos años de ausencia!.
_¿Y las flores?, pregunté confusa.
_ Las traje cada día para ti.
Y nació el abrazo, ese que añore en Soledad.
Y esta vez la historia de amor fue mía.
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La carta Autor: Nerea Inés Álvarez
Estaba, en cuclillas, poniendo una plantita de estación cuando mi nieto se acercó curioso, con un sobre en la mano: -Abue…para vos. Tiene remitente de Córdoba. -
Distraidamente y sin darle importancia tomé la carta. La miré indiferente. No tenía, actualmente, ningún amigo ni familiar allí. Por lo tanto no sabía quién podía enviarla. Pero cuando iba a guardarla en mi bolsillo, para leerla más tarde, algo me sobresaltó: su remitente.
Inmediatamente vino a mi memoria, un joven de ojos verdes y cabello oscuro, quien cincuenta años atrás fuera mi primer “noviecito”… ¿Sería Ángel?...Aquel muchachito que me diera el primer beso de amor, a escondidas de mi tía, una tardecita de verano, cuando volvíamos de tomar un helado.
La curiosidad se adueñó de mí. Y, sin que mi nieto entendiera nada, dejé todo plantado y me dirigí a la cocina, buscando intimidad para leer la misiva. Me sentía inquieta como una adolescente. Entonces apretando la carta en el bolsillo, corrí hasta la casa. Allí, el dormitorio me pareció el mejor lugar porque nadie me interrumpiría. Al pasar junto a Martín, le comenté: -Ya vengo. Voy hasta la cocina.-
En un instante estuve en la habitación. De soslayo me miré en el espejo, estaba ruborizada. ¿Qué me pasaba? Me sentía nerviosa, extraña, distinta. Desde que falleciera mi esposo, hacía diez años, no había habido oportunidad de sentirme así y mucho menos de
sonrojarme por un hombre.
Expectante, rompí el sobre. Una larga carta se desdobló ante mí. No me había equivocado. Era Él, mi amor adolescente. ¿Qué sucedía? ¿Por qué escribía después de tantos años?
Como un tropel incontrolable, los recuerdos acudieron a mi memoria. Teníamos diecisiete años. Yo había ido a Córdoba a pasar mis vacaciones de verano, con Tía Marta.
Expectante, rompí el sobre. Una larga carta se desdobló ante mí. No me había equivocado. Era Él, mi amor adolescente. ¿Qué sucedía? ¿Por qué escribía después de tantos años?
Como un tropel incontrolable, los recuerdos acudieron a mi memoria. Teníamos diecisiete años. Yo había ido a Córdoba a pasar mis vacaciones de verano, con Tía Marta.
Y, en una tertulia nos conocimos, bailamos y Ángel me declaró su amor. Era la primera vez que me enamoraba. Sentía que Él era el principio y el fin de mi existencia. Estaba todo el día pensando en ese muchachito bueno y dulce que me había robado el corazón. Eufórica y llena de alegría se lo comenté a mi Tía porque Él, entusiasmado, quería pedir permiso para venir a charlar a la puerta de calle.
Sin embargo, toda la ilusión se quebró. Al día siguiente, mis padres vinieron a buscarme y me llevaron de regreso a mi hogar, muy distante de allí. No hubo tiempo de despedirse ni de dar ninguna explicación.
Por muchos años recordé la enorme tristeza de ese imprevisto alejamiento, sin poder contar qué me había pasado. Tristeza a la que se sumaba la tremenda hostilidad y reprimenda de mis padres, quienes argumentaban que por su posición económica, “no era un chico para mí”. Sostenían que debía dedicarme a estudiar y completar una carrera universitaria. Tiempo después, conversando con más calma, mi madre sostuvo que Ángel era muy humilde y nunca me proporcionaría un buen pasar. Ya tendría mejores oportunidades.
Así, embuída en esos recuerdos, desplegué una larga hoja, escrita con una prolija letra manuscrita. El texto era un detallado relato de su vida. En un pasaje, narraba el dolor que le había causado nuestra separación. Mi inexplicable actitud. El malogrado intento de hablar con mi Tía y la infructuosa búsqueda de mi dirección. Más adelante contaba cómo conoció a Ana, su esposa y madre de su único hijo. Aún se lamentaba de haberla perdido tempranamente, víctima de una enfermedad incurable, cuando el niño era pequeño. Detallaba, ordenadamente, las distintas vicisitudes y adversidades que había debido enfrentar. Aunque, ahora, era un tiempo distinto. El trabajo constante y sacrificado había dado, con creces, sus frutos. Hoy era un acaudalado hacendado colmado materialmente pero sumergido en una profunda soledad. Su hijo, ya casado, era un destacado profesional fuera del país.
En otro fragmento de su escrito, reiteraba: -“Todavía conservo en mi corazón, aquel inocente y tierno amor de adolescentes que nos tuvimos”.- Y continuaba relatando cómo había sabido de mi existencia y hasta cómo obtuvo mi dirección.
Al finalizar la carta, venía su inquietante propuesta: -“Quiero volver a verte. Conversar. Volvernos a encontrar y que esta vez, no desaparezcas. ¡Espero tu respuesta! “-
Nerviosa, plegué las hojas; mientras miraba hacia ambos lados, avergonzada ante la idea que alguien hubiese leído o escuchado la propuesta. Indecisa guardé las hojas nuevamente en el sobre. Y, en una actitud infantil, lo escondí en un cajón de la cómoda, debajo de toda la ropa.
¿Qué haría? ¿Le contaría a mis hijos? ¿Respondería pronto a Ángel?...
Me miré nuevamente al espejo y pareció devolverme la imagen de una mujer más joven. Ahora un nuevo motivo venía a quebrar mi rutinaria existencia e inquietarme, con una vieja ilusión.
Sin embargo, toda la ilusión se quebró. Al día siguiente, mis padres vinieron a buscarme y me llevaron de regreso a mi hogar, muy distante de allí. No hubo tiempo de despedirse ni de dar ninguna explicación.
Por muchos años recordé la enorme tristeza de ese imprevisto alejamiento, sin poder contar qué me había pasado. Tristeza a la que se sumaba la tremenda hostilidad y reprimenda de mis padres, quienes argumentaban que por su posición económica, “no era un chico para mí”. Sostenían que debía dedicarme a estudiar y completar una carrera universitaria. Tiempo después, conversando con más calma, mi madre sostuvo que Ángel era muy humilde y nunca me proporcionaría un buen pasar. Ya tendría mejores oportunidades.
Así, embuída en esos recuerdos, desplegué una larga hoja, escrita con una prolija letra manuscrita. El texto era un detallado relato de su vida. En un pasaje, narraba el dolor que le había causado nuestra separación. Mi inexplicable actitud. El malogrado intento de hablar con mi Tía y la infructuosa búsqueda de mi dirección. Más adelante contaba cómo conoció a Ana, su esposa y madre de su único hijo. Aún se lamentaba de haberla perdido tempranamente, víctima de una enfermedad incurable, cuando el niño era pequeño. Detallaba, ordenadamente, las distintas vicisitudes y adversidades que había debido enfrentar. Aunque, ahora, era un tiempo distinto. El trabajo constante y sacrificado había dado, con creces, sus frutos. Hoy era un acaudalado hacendado colmado materialmente pero sumergido en una profunda soledad. Su hijo, ya casado, era un destacado profesional fuera del país.
En otro fragmento de su escrito, reiteraba: -“Todavía conservo en mi corazón, aquel inocente y tierno amor de adolescentes que nos tuvimos”.- Y continuaba relatando cómo había sabido de mi existencia y hasta cómo obtuvo mi dirección.
Al finalizar la carta, venía su inquietante propuesta: -“Quiero volver a verte. Conversar. Volvernos a encontrar y que esta vez, no desaparezcas. ¡Espero tu respuesta! “-
Nerviosa, plegué las hojas; mientras miraba hacia ambos lados, avergonzada ante la idea que alguien hubiese leído o escuchado la propuesta. Indecisa guardé las hojas nuevamente en el sobre. Y, en una actitud infantil, lo escondí en un cajón de la cómoda, debajo de toda la ropa.
¿Qué haría? ¿Le contaría a mis hijos? ¿Respondería pronto a Ángel?...
Me miré nuevamente al espejo y pareció devolverme la imagen de una mujer más joven. Ahora un nuevo motivo venía a quebrar mi rutinaria existencia e inquietarme, con una vieja ilusión.
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Ángel Autora: Elisa Dina Maldonado
Otro día de rutina, pasa el tiempo y puedo ver en el rostro de Cathy cómo poco a poco se
va apagando su interés hacia mí.
Cada noche ya no corre ansiosa a encender la tele, para compartir nuestros chocolates,
Cada noche ya no corre ansiosa a encender la tele, para compartir nuestros chocolates,
mirando esa película elegida, un día por mí otro día por ella. Ni siquiera un simple beso de
buenas noches, ya no duerme abrazada a mí espalda.
¿Habría dejado de amarme? Confieso que varias veces la he visto llorando, contemplando
nuestras fotos juntos.
Pero me ignora, me ignora todo el tiempo, ya no se si podré seguir soportándolo, tendré
Pero me ignora, me ignora todo el tiempo, ya no se si podré seguir soportándolo, tendré
que sentarme y pedirle que hablemos pero temo que me diga que ya no siente nada por mí.
Siento un vacío y un enojo muy grande.
Cena con mi familia, comparte tardes con nuestros amigos, pero ella no me presta
Siento un vacío y un enojo muy grande.
Cena con mi familia, comparte tardes con nuestros amigos, pero ella no me presta
atención.
Todo comenzó esa tarde, esa maldita tarde cuando le pedí que fuéramos a almorzar al
Todo comenzó esa tarde, esa maldita tarde cuando le pedí que fuéramos a almorzar al
centro de la ciudad. Recuerdo el ruido de un auto a muy alta velocidad que se aproximó a
nosotros, también recuerdo personas con las miradas perdidas, incluso oí gritos. Todo fue
muy confuso, sólo se que Cathy comenzó a distanciarse de mí ese día.
Juro que jamás he querido a otra mujer tanto como a Cathy, nunca le he fallado y ésta, su
Juro que jamás he querido a otra mujer tanto como a Cathy, nunca le he fallado y ésta, su
actitud, me hace enfurecer demasiado.
Cathy escúchame, esto no puede seguir así!- le grité y ella continuó su camino más de
prisa.
Cathy ¿Adónde vas? Tú no eres así, dime qué te sucede!!!
Entre sollozos la veo llegar y ponerse de rodillas ante una tumba, pude ver en la escritura
Cathy ¿Adónde vas? Tú no eres así, dime qué te sucede!!!
Entre sollozos la veo llegar y ponerse de rodillas ante una tumba, pude ver en la escritura
de la lápida mi nombre, con la fecha exacta de aquella tarde en la que creí que ella había
comenzado a ignorarme.
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Cuando Autora: Matilde Nieves Zorita
Cuando el eco de tu voz reclame tu sentir,
Cuando mi corazón desordenado no te nombre,
Cuando sean inútiles mis caricias sobre tu hombro,
y pesadas se desplomen ardientes en la tierra,
Sin saber de tu noche y de tu día…
Como decirte, amor, tan simplemente,
Que no me guardes odio y que me quieras.
Si tu impulso tempestuoso me lastima
Queriéndome cambiar mi sentimiento,
Que es dulce entrega a tus abismos,
y no la triste orfandad que te imaginas.
Rueda mi otoño en tu cascada,
y estruja mi pasión en aturdida flor,
La conviertes en fruta madura y la hieres
tu con tu con su fulgor.
Calma tu ímpetu mi amado
Que ya no soy aquella que dibujas.
Sino la que llega hasta tu sueño siempre,
Para que me aguardes en tu encuentro.
************************************************
Ando buscando calmar con ternura toda tu alma,
quiero ser primavera y verano en tu corazón,
te invito a soñar, a despertar por una razón,
a sentir en mi abrazo el sentimiento que todo lo calma.
Quiero regalarte la fuerza de mi esperanza,
quiero encontrarte una tarde pensando en mi,
tantas cosas siento contigo, quiero contarle al mundo de ti,
quiero ser la luna que te besa de noche
y el sol que de día te abraza.
Tengo el comprobante de mis sueños
y dice que tú me haces soñar,
ando buscando calmar con mi amor toda tu alma,
siente en mi abrazo ese sentimiento que todo lo
Muchas veces creemos en el destino.
Muchas veces rezamos para que las cosas pasen
pero nos olvidamos de lo más importante
Creer en nosotros mismos.
Pensar que nosotros podemos,
nos confiamos y no arriesgamos
no pensamos que los días pasan
El mundo gira al compás del reloj
y nosotros vamos creciendo,
solo necesitamos ese empujón
de un amigo o familiar, esa voluntad
de decir si puedo a cada obstáculo
haciendo con valentía menor el desafío
buscando el lado positivo a la gente
al mundo y a nosotros mismos
aceptarnos con nuestros defectos
pensar…
Si queremos, podemos llegar lejos
Si queremos, podemos llegar alto
Si queremos, podemos cumplir nuestros sueños.
Volar Autora: Claudia Elorza
Y si el viento sopla favorable
Si huele a pasto fresco
A humo de hojarasca
O a tibia primavera.
Vuelo!
Despliego las alas y las extiendo
en búsqueda de la ráfaga adecuada.
Algo me dice qué volar nos hace libres
soberanos y dignos.
Nadie puede atrapar a los voladores
ni detener su vuelo cotidiano.
Desde la cima de la montaña
O en las quebradas nevadas.
Vuelo! Acarició los techos de las casas
Las copas de los árboles son mi asentadero
Y en las corcovadas olas sobre la laguna
Refresco cada pluma y me zambullo
Una y otra vez con vehemencia.
Y al abrir mis ojos cada mañana
el techo de madera no es el mismo,
ha cobrado una dimensión inesperada
de universo extenso inexplorado
por donde vengo a continuar el dia
los menesteres diarios animada
y guardo a resguardo las alas para lo que viene.
Si huele a pasto fresco
A humo de hojarasca
O a tibia primavera.
Vuelo!
Despliego las alas y las extiendo
en búsqueda de la ráfaga adecuada.
Algo me dice qué volar nos hace libres
soberanos y dignos.
Nadie puede atrapar a los voladores
ni detener su vuelo cotidiano.
Desde la cima de la montaña
O en las quebradas nevadas.
Vuelo! Acarició los techos de las casas
Las copas de los árboles son mi asentadero
Y en las corcovadas olas sobre la laguna
Refresco cada pluma y me zambullo
Una y otra vez con vehemencia.
Y al abrir mis ojos cada mañana
el techo de madera no es el mismo,
ha cobrado una dimensión inesperada
de universo extenso inexplorado
por donde vengo a continuar el dia
los menesteres diarios animada
y guardo a resguardo las alas para lo que viene.
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Ando buscando Autor: Valentín Farfán
Ando buscando calmar con ternura toda tu alma,
quiero ser primavera y verano en tu corazón,
te invito a soñar, a despertar por una razón,
a sentir en mi abrazo el sentimiento que todo lo calma.
Quiero regalarte la fuerza de mi esperanza,
quiero encontrarte una tarde pensando en mi,
tantas cosas siento contigo, quiero contarle al mundo de ti,
quiero ser la luna que te besa de noche
y el sol que de día te abraza.
Tengo el comprobante de mis sueños
y dice que tú me haces soñar,
ando buscando calmar con mi amor toda tu alma,
siente en mi abrazo ese sentimiento que todo lo
calma.
Ando buscando encender el fuego de tu mirada
y hablarte del sentimiento llamado amor,
quiero ser la anestesia de tu dolor,
ser también el sueño que le cuentas a tu almohada.
Ando buscando encender el fuego de tu mirada
y hablarte del sentimiento llamado amor,
quiero ser la anestesia de tu dolor,
ser también el sueño que le cuentas a tu almohada.
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Aceptarnos Autora: Yésica Inés García
Muchas veces creemos en el destino.
Muchas veces rezamos para que las cosas pasen
pero nos olvidamos de lo más importante
Creer en nosotros mismos.
Pensar que nosotros podemos,
nos confiamos y no arriesgamos
no pensamos que los días pasan
El mundo gira al compás del reloj
y nosotros vamos creciendo,
solo necesitamos ese empujón
de un amigo o familiar, esa voluntad
de decir si puedo a cada obstáculo
haciendo con valentía menor el desafío
buscando el lado positivo a la gente
al mundo y a nosotros mismos
aceptarnos con nuestros defectos
pensar…
Si queremos, podemos llegar lejos
Si queremos, podemos llegar alto
Si queremos, podemos cumplir nuestros sueños.
...................
Muchas gracias Silvia, por publicar y felicitaciones a los miembros del jurado, escritores ganadores, auspician-tes y participantes, gracias a todos
ResponderEliminarNestor O Salgado