viernes, 6 de marzo de 2020

Marzo, mes de la mujer


En este texto, el homenaje a ella, la mujer del prócer Mariano Moreno, y su sufrimiento por la espera, su espera sin éxito y su amor por él.
A todas las mujeres que sufren, por lo que sea y a todas las que son felices porque son amadas. A todas las que eligen estar solas y a las que eligen estar acompañadas. A todas, por el solo hecho de ser mujeres.

  
                                          ¡FELIZ DIA!

Y OJALA QUE DIA A DIA SUMEMOS EXITOS Y NO MUJERES MALTRATADAS, VIOLADAS,MUERTAS,GOLPEADAS... 

NI UNA MENOS.


Guadalupe

            La última noticia que tuve de Mariano fue en enero. Me parece que este otoño, va a ser complicado. No recibo cartas, ninguna novedad , desde que la Goleta Fama partió hacia Europa.
            ¡Qué viaje tan extraño! Mariano no quería ir, y la verdad si me hubiera puesto firme, a lo mejor se quedaba. Estos hombres…siempre con la última palabra…
            La semana pasada, esperaba novedades, y en lugar de una misiva, me entregaron una caja con un abanico y un velo negro. Me sentí tan mal que Milagros tuvo que darme aire, para no desplomarme en el sillón.
            No quiero pensar en nada malo, pero tal vez Mariano corre peligro, ¿o habrá conocido a alguna mujer y ya me olvidó? Voy a volver a escribirle a ver si tengo respuesta.
            Paso las horas sentada mirando por el ventanal , pero cae la tarde y nada. Los paseos por el parque ya no son tan usuales, está empezando a hacer frío y no me siento con ganas de caminar. Milagros me insiste que vaya a su casa, pero cada día que pasa me siento con menos fuerzas, y mi cabeza está pendiente todo momento en que Marianito no extrañe tanto a su papá. Dos meses sin noticias es demasiado.
            Esa tarde de agosto, cuando las primeras gotas de lluvia aparecieron sobre los rosales de la entrada,  un mensajero se acercó con un sobre en la mano. Me temblaban las piernas cuando lo abrí. La carta decía: : “ Señora María Guadalupe Cuenca, le informamos que el doctor Mariano Moreno ha dejado de existir en el mes de marzo, cerca de las costas de Brasil, debido a una enfermedad, contra la que no tuvimos posibilidad de luchar. Lamentamos su deceso, y le hacemos llegar nuestras condolencias”.Se me arrugó el corazón. Sentí que el mundo caía sobre mi cabeza. El dolor era inexplicable. No recuerdo bien de qué manera se lo dije a Marianito, pero creo que lo entendió, a pesar de su interminable llanto, y la tristeza que le duró meses.
           
            Ahora estamos intentando recomponernos, de a poco. Pensamos volver a Chuquisaca por un tiempo, pero no se si me otorgarán la pensión que solicité. Por ahora esperaré.
            Mientras tanto me siento a releer las cartas que escribí, que me fueron devueltas junto con sus cosas…


“…Mi amado Moreno de mi corazón: me alegraré que lo pases bien en compañía de Manuel, nosotras quedamos buenas y nuestro Marianito un poco mejorado, gracias a Dios. Te escribí con fecha de 10 o 11 de éste, pero con todo vuelvo a escribirte porque no tengo día más bien empleado que el día que paso escribiéndote y quisiera tener talento y expresiones para poderte decir cuanto siente mi corazón, ay, Moreno de mi vida, qué trabajo me cuesta el vivir sin vos, todo lo que hago me parece mal hecho, hasta ahora mis pocas salidas se reducen a lo de tu madre; no he pagado visita ninguna, las gentes, la casa, todo me parece triste, no tango gusto para nada, van a hacer tres meses que te fuiste pero ya me parecen tres años; estas cosas que acaban de suceder con los vocales, me es un puñal en el corazón, porque veo que cada día se asegura más Saavedra en el mando, y tu partido se tira a cortar de raíz, pero te queda el de Dios, pues obrando por la razón y con virtud no puede desampararnos Dios…”

                                                                                   María Guadalupe

©Silvia Vázquez
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