Estaba leyendo algunas declaraciones publicadas en La Nación
de hace algunos años. En ese caso era Nora Salgado, Directora de la Escuela N°1
de Liniers,quien decía lo siguiente:
"Antes veían a un maestro con su guardapolvo blanco
y lo respetaban. Ahora se olvidan que están frente a un profesional". Para
Salgado, se rompió la alianza entre el docente y los padres. "Vengo de una
generación en la que los padres eran aliados de los docentes en la educación de
sus hijos. Hoy eso se ve cada vez menos. Hoy muchos padres ponen la palabra del
chico por sobre la de su maestro. Tuvimos casos donde los alumnos esconden o
pierden a propósito la prueba donde fueron mal calificados y los padres le
creen a ellos en lugar de creerle al docente. También debaten sobre las
evaluaciones o sobre las normas de convivencia de muy mala manera, al punto de
que hubo mamás que insultaron al docente de sus hijos delante de ellos",
recuerda.
Estas y otras cosas más se ven hoy día, lamentablemente se pierde
el respeto y además la influencia de las redes sociales donde un audio que filtra la madre/adre se viraliza y hace quedar
mal al docente, por una mala interpretación,
ya que solo “viraliza” el audio que le es más conveniente y no toda la
conversación.
"Otro problema se da cuando los padres intentan manejar
la dinámica de la escuela. Hoy, con los grupos de Whatsapp, los padres pueden
modificar la rutina escolar. Cualquier mentira volcada en ese grupo se vuelve
verdad. Ya pasó que alguien escribió en el chat que una maestra iba a faltar y
que ese grado no tenía clases. Como consecuencia, al otro día faltaron más de
diez alumnos y la docente había venido a trabajar", cuenta la directora, y
remarca: "Todo esto nos lleva a tener que poner cierta distancia con los
padres” agregó Salgado.
Y yo agrego que no solo mienten con la ausencia o presencia
de un profesor sino que incitan a violentarse contra él/ella o habla mal para
que los padres apoyen la crítica y esconden detrás de eso una total falta de
empatía no solo con el docente sino también con el resto de los padres, y
además irrespetuosamente viralizan un audio que debió ser privado entre el
padre y el docente.
Muchas veces el padre no solo no acepta que el alumno no
cumple con las tareas, sino que discute con el docente cuando le indica que ese
tema se vio en clase y debería saberlo. Y que el docente tiene la obligación de
decirle todo lo que está mal sin corregirlo, sino haciéndole la tarea
directamente. Todo esto, sin hablar cara a cara y acusando impetuosamente al
maestro ante las autoridades de la escuela, a quienes les hace llegar solamente
“uno de los sonidos de la campana” y no los audios de ambos lados donde el
mismo padre habla con el docente de forma imperativa.
Luego de trabajar como docente más de 30 años, noto un
enorme cambio en las actitudes de algunos padres. He presenciado por ejemplo,
que una madre le diga a una docente que su hija tiene una nota baja cuando en
la prueba se sacó 8. Pero lo que no dice es que jamás entregó un trabajo ni
participó en clase. No solo se toma en cuenta la nota de una sola prueba, y eso
lo saben. Agregando también el “usted sabe quien soy yo?” como amenaza.
Ignoro por qué actúan así, los docentes y más aún en estas épocas
de pandemia ponen su mejor esfuerzo, intentando explicar las clases mediante la
computadora, que obviamente no es lo mismo que ante la clase presencial,
recibiendo mensajes a deshora (inclusive sábados, domingos y feriados) y corrigiendo
mucho más tiempo del que utilizarían si estuvieran en un ciclo lectivo “normal”.
Se comprende que los padres no son maestros, pero los maestros
no pueden ser padres 24 hs de sus propios alumnos Cada uno de ellos tiene sus propios
problemas personales, familia y estudios en muchos casos, y ante el reclamo de “yo
no soy maestra y tengo que hacer la tarea con mi hijo”, recordamos que la tarea
la tiene que hacer EL ALUMNO y el padre solo estar como controlador de la
misma, apoyo, en caso necesario, pero no HACERSELAS, a tal únto que ni siquiera
disimulan la letra cuando copian en la
carpeta/ cuaderno. Tampoco llamar al docente un fin de semana, feriado o fuera
de los horarios establecidos n el cronograma Pero claro, lo hacen, y está bien.
La funcionaria Andrea Bruzos, Subsecretaria de Coordinación
y Equidad Educativa del GCBA, en 2016,” reconoció que “en muchos casos los padres no quieren escuchar la explicación que la escuela tiene para dar ni su descargo, lo que hace más complejo abordar el problema”, y
añade que “en general, las quejas de los padres no provienen por temas
estrictamente educativos, como la enseñanza
de lengua o matemáticas, sino por los límites que marca la escuela. Muchos se enojan cuando el docente
apercibe oralmente a su hijo porque no les gusta, pero deben respetar los roles”.
Para Gustavo Iaies, Director de la Fundación CEPP, en 2016,”hay
que buscar la forma de prevenir. Se debe empezar el año acordando un modo para anticiparse al conflicto y, una vez
acordado, cumplirlo. Pero la escuela tiene que definir la comunicación antes de
que los padres se conviertan en los abogados de los pibes", explica.
Si ustedes tienen hijos en edad escolar, piensen que esta
cuarentena es difícil y complicada para todos, que los docentes también tuvieron
que aprender a manejarse en un ámbito desconocido y que intenta de todas las
maneras posibles, dar lo mejor de sí.
©Silvia Vázquez
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