viernes, 6 de agosto de 2021

Entrevista: Prof. Marcela Minakowski :” Escribo desde que supe que algo se podía hacer con las palabras”

 



Marcela no tiene tanta edad como para haber hecho tantas cosas. Para mí nació antes y no quiere decirlo. O mejor, creo que pertenece a ese género de personas que no puede parar de moverse y generar .

Ganadora de más de 10  premios nacionales, participante en dos antologías y editora de cuatro libros más dos que se están gestando.

Recientemente obtuvo su título de Profesora Universitaria en Letras por la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), además de varios cursos y seminarios.

Actividad cultural y literaria

*Coordinadora de la Oficina Municipal de Letras de Tres de Febrero (dependiente de la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Tres de Febrero) entre 2008 y 2015.

*Vicepresidente de SADE Seccional Tres de Febrero durante el período 2005/2006.

*Miembro de Comisión Directiva de la Biblioteca Popular General San Martín de Caseros desde 2004, y su Presidente en el período 2009/2011.

*Coordinación de un Taller Literario de verano en SAPI (Sociedad de Artistas Plásticos Independientes)

*Coordinación del Taller Literario de SADE Tres de Febrero La lengua sin fin desde 2007 hasta 2015.

*Jurado en los Primeros, Segundos y Quintos Juegos Literarios de Invierno de Tres de Febrero, para niños y adolescentes y en los Juegos Florales de Pilar (2013).

*Participación como poeta en varias versiones de Por amor al arte (encuentro entre artistas plásticos y escritores). Co-autora en las muestras de fotografías de Alberto Dumont: Desolación sudamericana, Calidoscopios y Estancia La tranquila.

*Empleada administrativa en el Archivo Histórico de la Subsecretaría de Cultura de la Municipalidad de Tres de Febrero y en la Oficina del Libro (hasta mayo de 2020).

*Coordinadora de los talleres de iniciación a la escritura en el marco de los talleres culturales de la Subsecretaría de Cultura de la Municipalidad de Tres de Febrero (desde mayo 2020 hasta la actualidad).

Como se puede ver, tiene vasta experiencia , en el ámbito de las letras, y sabemos fehacientemente que es la más grande admiradora de Cortázar.

 ¿Para cuándo tus próximos libros?

Este año salen dos: Las casas (por la editorial Peces de ciudad) y Curar de palabra (por ahora)

 ¿Qué nos podés contar sobre ellos?

Las casas es un libro en prosa poética. Lo terminé hace unos años ya y es de esos textos propios que uno quiere mucho, viste, que a uno le cierran por todos lados. Además, está escrito en un tono que no podría recuperar, es más, intenté agregar una o dos “casas” y no pude. Está estructurado así, en casas, en espacios con sus distintas funciones de habitar.

Curar de palabra lo escribí casi totalmente en pandemia. Hay algunos poemas que son de hace algún tiempo, pero los trabajé y aquí van las versiones actuales. El resto, la mayoría, fue escrito mientras el encierro era más encarnizado. En ese momento, al principio de la pandemia, escribí un diario, todos, absolutamente todos los días, durante 100 días. Estaba leyendo Robinson Crusoe para Literatura de la Ilustración, una de las últimas materias que cursé en la facultad. Nada menos que Robinson, atrapado en una isla sin poder salir... fíjate vos... llamé a ese texto diario de Robinovna y es secreto, solo para mí. Cuando llegó el día 100 dije basta. Y empecé a escribir, casi sin darme cuenta, los poemas de Curar de palabra.

Mucha gente que escribe, necesita absoluto silencio y prefiere escribir solamente de noche. ¿Qué manía tenés (si tenés alguna) a la hora de sentarte a escribir?

Tengo una: hace dos años que tengo un grupo de whatsapp conmigo misma, se llama MI MONO Y YO y todo lo que escribo empieza ahí: de noche, de madrugada, en el colectivo, cocinando, estudiando, en un zoom. A veces, poemas completos; otras, una idea, unos versos, una imagen. Pero todo empieza ahí, en el celu, en ese grupo conmigo. Después paso a la compu, rara vez escribo a mano. Y ahí sigo, corrijo, acomodo, cambio, descarto, etc.

                                                                      

Cuando escribís, ¿Has cambiado algún final en el caso de un cuento, después de revisarlo más de una vez?

Siiii, he cambiado finales de cuentos y de poemas también. Hay textos que reviso mucho y durante mucho tiempo. A veces, guardo todas las versiones. Las escribo en distinto color cuando las paso a la compu. Es un buen ejercicio.

¿Café, una infusión, un refresco, vino blanco, cerveza? ¿Qué tomás mientras las musas te acompañan y estás en pleno proceso creativo?

Puedo tomar cualquier cosa mientras escribo o nada. En general, soy de tomar muuuucho mate, amargo siempre. El mate es el gran compañero. Y en segundo lugar, vino tinto. Me encanta escribir tomando vino tinto. Ahora, respondo este cuestionario con un buen malbec.

su mate, su gato, su lugar

                                                


¿Qué podés contar de tus primeros años como escritora?

Escribo desde que supe que algo se podía hacer con las palabras, aún sin saber escribir, cuando era muy chica e imaginaba, no paraba de imaginar, tenía una vida interior que superaba todo. Si me pienso como “escritora” tengo que ir a aquellos primeros años en la Oficina de Letras, cuando me empezó a leer gente que escribía también y sobre todo cuando publiqué mi primer libro (del cual reniego bastante, como casi todxs...). Para mí, entrar a trabajar a la Oficina de Letras fue la bisagra, el salto, el cambio absoluto, la entrada en una vida nueva, soñada y posible. Después, con el tiempo, esto se fue reacomodando: sabemos que el deseo es perfecto; el deseo es lo único perfecto.

¿Qué te decidió a estudiar formalmente la carrera de Letras?

Siempre quise estudiar Letras. No lo hice antes por inseguridad, por cobardía, porque mis hijos eran chicos, porque suponía que no iba a poder, porque no me animaba, porque la universidad era mucho para mí. Todos estos supuestos fueron derribados en 2014, cuando empecé la segunda gran etapa de mi vida, la más gloriosa (hablando siempre del camino de la literatura, claro). Estudiar fue la experiencia más maravillosa que pude vivir. Extraño la facultad y a mis compañerxs cada día desde que me recibí, en diciembre del año pasado (para colmo, mi último año fue virtual y me recibí en mi pieza, sola).

¿Se te hace complicado titular tus libros?

Uy sí, a veces sí. Otras, viene primero el título. Pero como sé que es complicado, no lo pienso hasta que no está terminado, trato de no quedarme en esa. El título, en algún momento, aparece.

¿Escribís en los márgenes de los libros?

Siiiiii, tengo muchos libros llenos de anotaciones, siempre en lápiz. También subrayo y pego post it, notitas con cosas que pienso. En el Kindle, resalto. Siempre dejo mis señales.

¿Te gusta que te hagan leer libros y dar tu opinión?

Me gusta más la instancia de la charla con amigxs en torno a ciertas lecturas. No como obligación, no sé si sería una buena crítica de libros...

Te dan a elegir una sola obra literaria de tu infancia, ¿Cuál elegís y por qué?

Sin ninguna duda, Mujercitas. Como tantas chicas de mi generación y de generaciones anteriores, yo quería ser Jo March. Le he escrito cartas (sé que no soy la única...). Amé y amo ese libro, tengo uno muy muy viejo, era de mi mamá. No quiero otro, aunque la nueva edición es hermosa (y carísima... carísima...)

¿Podrías compartir con nosotros alguna anécdota relacionada con la época en la que estabas en la oficina de letras?

Uffff... muchísimas. La vez que un señor llamó por teléfono preguntando cómo era posible que no hubiese ganado el premio, si su obra era extraordinaria; las cosas que encontraba adentro de los sobres donde venían las obras: estuches de lentes, listas de compras, tickets, fotos; la enorme alegría de llamar y dar la noticia a los premiados; las presentaciones de los libros; la vez que trajimos a Horacio Salas, a quien tanto admiraba; cuando vino Horacio Ferrer y me dedicó un libro con su firma y una florcita; la alegría inmensa con la que trabajé los años que duró ese sueño hermoso que fue la Oficina de Letras. Podría hablar horas sobre mi paso por la Oficina de Letras. Mejor frename...

Respuestas cortas:

Libro que estás leyendo actualmente

Autobiografía de mi madre, de Jamaica Kincaid

Lugar donde te gustaría presentar tu próximo libro (soñado), aunque sepas que es imposible:

 El último, El collar de catalejos, lo presenté en la UNSAM. Quiero volver a presentar un libro ahí, en el Teatro Tornavías de mi universidad.

Algún libro famoso que te hubiera gustado escribir

Cartas para que la alegría, de Arnaldo Calveyra.

¿Qué te aporta la escritura?

Dicha y angustia. Todo lo que no puedo encontrar en otro lado. Preguntas. Muchas preguntas. Quemazón. Inquietud. Aire para respirar.

Una frase que repetís mucho a diario

Naaaaaaa, no te puedo creer... (sí, me sigo asombrando...)

Algo que te molesta mucho

La deslealtad.

Algo que agregar

¡Qué lindas preguntas! Me dieron ganas de seguir charloteando. Ah, en estos días gané un premio de poesía, primera vez que gano un primer premio. Se trata del Primer Certamen Nacional de Poesía Quinto Elemento. Estoy muy feliz.

 Es una serie de poemas, pero nos permitió compartir el que da origen al título:


papá se parecía a Giancarlo Giannini



no podemos saber

en qué lugar está nuestro doble

qué cruel sería

por ejemplo

saber que otro de nosotros 

camina una vereda en Singapur

o apacigua animales en una granja de Arizona

o cuenta monedas en la entrada de cualquier subterráneo 


pero pongamos por caso que

el doble sea un famoso


abro la revista dominical y ahí

a doble página

el padre ausente


posa en un ambiente rústico

mientras sonríe a la cámara

muestra su casa en las afueras

y narra sus éxitos al cronista:

los proyectos del año entrante

su romance más reciente

su película premiada



su próximo viaje

no será a verme

seguramente la foto la saca una mujer

si no 

es imposible que papá sonría de ese modo



¡Felicitaciones!


©Silvia Vázquez

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