viernes, 3 de septiembre de 2021

Poetas: Susana Thénon

 


Poeta, traductora y fotógrafa, Susana Thénon formó parte junto a Juana Bignozzi y Alejandra Pizarnik de la Generación del ´60 en nuestro país.

Publicó cinco libros entre los que se destacan particularmente los dos últimos: distancias (1987) y Ova completa (1987). También dejó gran cantidad de inéditos que, tras su muerte, fueron recogidos y recopilados por Ana María Barrenechea y María Negroni con la ayuda de Inés Manzano. Formó parte junto a Alejandra Pizarnik de la revista Agua viva pero su poética no está relacionada con la de Alejandra, ni tampoco con la de otros poetas de su generación.

 

Entre 1970 y 1982 Thénon se dedicó a fotografiar a su pareja, la bailarina Iris Scacheri. Algunas de esas fotografías se encuentran en su obra completa reunida en los dos tomos de La morada imposible, publicada por Corregidor en 2001 y reeditada en 2019.

 

El poema

vos

que leíste a Dante en fascículos

te dejaste llevar

por esos dibujitos

a los que llaman miniaturas iluminadas

y te tragaste todo

todo

de pe

a pu

 

pero es mentira

 

ese complicadero del infierno es pura macana

hecha a propósito para hacerte perder el tiempo

en calcular a qué círculo irán a dar

los huesos de tu alma

 

¿y sabés una cosa?

este famoso averno

es de una sencillez admirable

que no de balde su señor es astuto

 

llegás allí y te dicen

 

sos libre

andá y hacé lo que te dé la gana.

 

(de: Carolina Esses, curadora de Más poesía:

Este poema pertenece al último libro de Thénon, Ova completa (1987), un libro de ruptura, transgresor que se acerca a Pizarnik en algunos juegos de palabras, pero que tiene un tono particular, irónico, muy personal. En el poema que lleva el mismo nombre, la poeta aclara en una nota al pie: “OVA: participio pasivo plural neutro latino. Literalmente: huevos. COMPLETA: participio pasivo plural neutro latino en concordancia con huevos. Literalmente: colmados.” El libro se llama, entonces, Huevos colmados. Huevos llenos. Pero Thénon, irónicamente, lo dice en latín, mofándose de esta forma supuestamente elevada. La forma latina “OVA” también nos lleva a ovarios, claro. Hoy podríamos ir más allá y pensar que el hecho de que el título esté en género neutro ya invitaba a repensar en el año 87 la diferencia entre géneros. “Ova completa” es una buena síntesis de lo que van a plantear los poemas: el lenguaje va a estar presente en tanto juego –en el sentido de las vanguardias del 20–, pero con una fuerte carga de sentido. De hecho, el primer poema del libro es uno de los más leídos en las marchas del 8M, un manifiesto que denuncia todo tipo de violencia contra la mujer: “¿por qué grita esa mujer?/ ¿por qué grita?/ ¿por qué grita esa mujer?/”. En este libro Thénon incluso mira con ironía a cierta intelectualidad y al propio campo poético. Así lo hace en “La antología”: “porque tú sabes que en realidad/ lo que a mí me interesa/ es no solo que escriban/ sino que sean feministas/ y si es posible alcohólicas/ y si es posible anoréxicas/ y si es posible violadas/ y si es posible lesbianas/ y si es posible muy, muy desdichadas”.

 

El poema que nos convoca empieza con un vocativo: “vos”. Le habla a otro, a otra, a un otre. Pero, como sucedía con “Sirena”, de Irene Gruss, esa invocación puede ser también la poeta hablándose en espejo. Thénon hace uso de La Divina Comedia a lo Thénon: “vos”, dice, “qué leíste a Dante en fascículos”: es decir se trata de un Dante de la clase media, un Dante al alcance de la mano, comprado semana a semana en el kiosco del barrio; un libro, incluso, con “dibujitos” que se aleja de la imagen que tenemos de La Divina Comedia como libro inaccesible, difícil. Lo que sigue es la descripción de una manera de leer. Una manera que no ha sido la de la frialdad de la academia, sino la de tragarse todo: se trata de la lectora que devora lo que lee. Devora y cree: lo lleva a la propia vida. Thénon describe la lectura apasionada, esa que no analiza –al menos no en primera instancia- sino que avanza cual Quijote o Bovary siempre hacia adelante mezclando la vida con la literatura. Sólo que aquí de lo que se trata es de “creerse” el infierno. Entonces, lo que viene es un balde de agua fría porque la poeta dice: “es mentira”. En dos palabras el poema golpea y libera: todo ese complicado engranaje de círculos del infierno –“complicadero” dice la poeta– es en realidad mucho más simple, sencillamente es mentira. No hay castigo sino pura posibilidad: “Sos libre/ andá y hacé lo que te de la gana”. No olvidamos que unos versos más arriba nos recordó que el creador del averno es un “señor”. Tirando un poco más del hilo de la interpretación podemos pensar Dante=Dios. Hay una imagen preciosa antes, esa de “los huesos de tu alma”. Esta imagen sintetiza el núcleo el poema. Thénon no piensa en un alma incorpórea sino al contrario, un alma que supo ser de carne -“¿por qué grita esa mujer?”- y de la que ahora sólo queda un resto material: el de los huesos. Y pareciera ser responsabilidad de cada uno defender esos poquitos huesos. Proteger ese resto del cuerpo que queda.

 

Como en Espantapájaros (1932) de Oliverio Girondo –poeta al que admiraba-, en Ova completa, Thénon utiliza con libertad el espacio en blanco de la hoja; recurre a juegos de palabras: “cosa casi sagrada/ es una cosa casi sagrada/ una cosa casi/ casi sagrada”, dice en “La disección”. Se trata de poemas que funcionan muy bien dichos en voz alta, que se recitan, que tienen una dimensión performática. En otros poemas usa el lunfardo, se ríe del lenguaje elevado, del “vosotros”, dice “yo no desciendo, yo bajo” aludiendo a la diferencia entre las dos maneras de nombrar la misma acción, ironiza en torno a la muerte.

 

Así como decíamos que la angustia de algunos poemas de Pizarnik era personal, íntima, en Ova completa de lo que se trata es de la angustia colectiva, una angustia atravesada por la ironía como herramienta para cuestionar lo que se da por sentado o sacar a la luz lo que no se dice.

 

Fundación

 

Como quien dice: anhelo,

vivo, amo,

inventemos palabras,

nuevas luces y juegos,

nuevas noches

que se plieguen

a las nuevas palabras.

Hagamos

otros dioses

menos grandes,

menos lejanos,

más breves y primarios.

Otros sexos

hagamos

y otras imperiosas necesidades

nuestras,

otros sueños

sin dolor y sin muerte.

Como quien dice: nazco,

duermo, río,

inventemos la vida

nuevamente

Thénon es una buena invitación para leer a Oliverio Girondo, poeta al que admiraba y del que aprendió estos malabares del lenguaje y el tratamiento del humor. También podés leer a poetas contemporáneas, jóvenes, que trabajan explícitamente el feminismo como aquellas reunidas en el colectivo Máquina de lavar: Josefina Bianchi, Marina Gersberg, Marina Mariasch, Majo Moirón, Flor Monfort y Noelia Vera. Son autoras de La pija de Hegel (Pánico el pánico). Marina Mariasch tiene una larga obra poética que se encuentra reunida en Paz o amor (Blatt y Ríos).

(fuentes varias: experienciasencasa/poesia-susana-thenon-un-poema-de-ova-completa)

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