viernes, 15 de marzo de 2024

Literatura: Las mujeres en la literatura latinoamericana


Las mujeres tienen papeles relevantes en muchísimos espacios públicos y sociales. Pese a eso, muchas de las mujeres en la prensa y literatura desde mediados del siglo XIX, no son nombradas ni incluidas en los libros de texto o dentro de los planes de estudio.

Según lo expresado por Inmaculada Sanz Mateos, profesora asociada del departamento de Lengua Española en la Facultad de Traducción e Interpretación, de la Universidad de Valladolid, las y los docentes tienen esta otra tarea de completar estos huecos.

La literatura no se puede concebir como tal si no son atendidas todas las voces: la de los hombres, que dirigían, organizaban y escribían desde los púlpitos públicos de la política, la empresa y la prensa; y la de las mujeres, que comenzaron a salir del espacio doméstico para ser escuchadas.

Lo primero que sorprende es la numerosa nómina de poetas, novelistas, articulistas o cuentistas que existió, por ejemplo a partir de mediados del siglo XIX. Hay muchos nombres desconocidos, aunque otros no lo son tanto gracias a esa historia de la literatura.

En esos años, la presencia de la mujer a nivel social y académico fue muy destacada. Se le suma que las mujeres escritoras no han disminuido, sino todo lo contrario, y que ahora es más frecuente encontrarlas tomando espacios públicos, recibiendo premios y galardones por sus trabajos y difundiendo sus obras por redes sociales.

Algunas de ellas





Laura Esquivel

La mexicana Laura Esquivel fue una de las primeras escritoras latinoamericanas que pudieron llevar una obra al cine. Nacida en 1950, creció en Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua. Sus primeros pasos en la escritura se dieron como guionista en programas de televisión para niños. Su obra más reconocida es la novela Como agua para chocolate, que fue llevada a la pantalla grande, donde también se encargó del guión.


                                         


Samanta Schweblin

Nació en Buenos Aires en 1978. Durante toda su infancia, su abuelo le había dado un “entrenamiento de artista”, una fase que considera clave para su trabajo literario y creativo. Su trabajo en la literatura comenzó con cuentos, como Pájaros en la boca, sin embargo, más adelante dio el salto a la novela con su Distancia de rescate, la historia que cuenta una mujer que agoniza en una cama de hospital, una historia desoladora. En su segunda novela, Kentukis, Schweblin juega con la tecnología omnipresente en un ambiente opresor.

 Su estilo se caracteriza por su brevedad.

Isabel Allende

Es una de las escritoras latinoamericanas más prolíficas. Iniciando su carrera en 1967 como parte del equipo de Paula, una revista feminista, en Chile. Debido a conflictos políticos se exilió en Cuba; ahí la contactaron para decirle que su abuelo moriría, por lo que le escribió una carta, que más adelante se convirtió en la novela La casa de los espíritus (1982). El misticismo y el realismo mágico ayudaron para que la novela tuviera éxito a nivel mundial, lo que desencadenó en la película homónima protagonizada por Meryl Streep y Jeremy Irons.

Tiene un amplio repertorio de obras, entre las que destacan La Casa de las Bestias (2002), Eva Luna (1987) y Largo pétalo del mar (2019); los temas recurrentes en sus novelas es la opresión y liberación femeninas. La carrera de Allende cubre casi 60 años, en los que ha cosechado docenas de premios y escrito más de veinte novelas y un puñado de obras de no ficción.

Mariana Enríquez

Catalogada como una de las mayores exponentes de la “nueva narrativa argentina”, Mariana Enríquez es una de las exponentes del terror en Latinoamérica. Su primer libro, Bajar es lo peor (1995) es una historia de adolescentes donde se mezclan el alcohol y las drogas con la música. También se llevó a la pantalla grande debido a su éxito.

 En 2004 publicó Cómo desaparecer lentamente, su segunda novela, y  ha escrito cuentos El aljibe (2005), y antologías como Los peligros de fumar en la cama (2010) o Las cosas que perdimos en el fuego (2016). La obra de Enríquez es conocida por tratar temas sórdidos, clásicos del terror como el vampirismo, los hombres demonio, y fantasías en general. También habla sobre el abuso, la opresión y la homosexualidad.




Mónica Ojeda

Esta ecuatoriana, con solo 35 años de edad, se colocado como una de las novelistas más relevantes de su generación. En 2015, su poemario El ciclo de las piedras, ganó el Premio Nacional Desembarco de Poesía Emergente. En ella aborda la infancia y su fragilidad.

La obra de Ojeda ha participado en ferias internacionales del Libro; y, una crítica favorable ha contribuido a sus logros y reconocimientos en el ámbito nacional e internacional. Otras de sus historias más populares son La Desfiguración Silva (2017), La Historia de la Leche (2019), Nefando (2016). En ellas aborda temas de terror, ficción, mujeres y violencias. También ha publicado cuentos y poemarios.

Fernanda Melchor

Originaria de Veracruz,México alcanzó una importante notoriedad con la publicación de su libro Temporada de Huracanes, que en 2017 fue una de las lecturas que marcaron el año. También ha sido reconocida por sus libros de crónicas como Aquí no es Miami (2013), donde muestra con crudeza la situación de violencia por la que atraviesa México y, particularmente, Veracruz.

En sus obras aborda temas sobre violencia, narcotráfico, machismo, así como prostitución y drogadicción. Sus trabajos le han valido varios reconocimientos a lo largo de su carrera como el Premio Nacional de Periodismo y el Premio Anna Seghers.

En las escuelas los libros de textos marcan la pauta general del qué y del cómo leer. Al igual que sucede en otras asignaturas, las líneas marcadas a veces impiden salirnos del camino : la consecución de una programación y de una evaluación en horarios precisos hacen que el docente tenga poco tiempo para descubrir al alumnado lo que se queda entre líneas. Y se queda mucho. Hemos convertido inconscientemente a estos manuales en otros cánones: revisémoslos con mayor detenimiento puesto que estos sí que son fuente directa de conocimiento.

Las aulas deben reflejar la sociedad y su realidad inmediata, pero no están para establecer dogmatismos ni predicamentos; ante la pluralidad del muestreo es como podemos enseñar a elegir. Eduquemos mostrando la igualdad y el reconocimiento que ya existió en algunos casos mucho tiempo atrás. La educación y la enseñanza debe ser esto, no otra cosa.

(resumido de la nota de Infobae , Las escritoras que deberían leerse en clase)

Silvia Vázquez

1 comentario:

  1. Excelentes autoras. Mis alumnos han podido conocer las voces de estas autoras a través de la lectura de algunas de sus obras ¡Qué alegría haber hecho lo posible! Patricia Golan

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