miércoles, 17 de abril de 2019

Presentación de la Antología "Memorias a largo plazo"


                                    

El sábado 13 se presentó en la Biblioteca Ciudad Jardín, la Antología "Memorias a largo plazo, realizada por la revista "Microscopías".

Martín Linares
               


Martín Linares, a cargo de la edición, habló sobre la Beca del Fondo de las Artes y la Municipalidad de Tres de Febrero, recibida en el año 2018, con lo que se pudo realizar la edición y mejoras en a publicación de la revista.

 
Con el artista José L Marconetti




Ante un numeroso público se entregó a cada participante un ejemplar del libro y luego se realizó un brindis. El intervalo musical estuvo a cargo del Dr. Jorge Laffargue y su hija, Carolina. 




Participé con un escrito, relacionado a la escultura realizada en madera por el artista plástico José Luis Marconetti, situada en el bosque de eucaliptus de la estación de Villa Bosch, llamada "Naa chaché".

 


Agradezco a Martín Linares, Fernanda Macimiani y  Sandra Wasilewski por haber llevado adelante la revista Microscopías, aunque ya no pertenezcan al proyecto, y darnos la posibilidad de publicar nuestros trabajos.






Naa Chache- Mujer pájaro

Esta leyenda fue escrita a la escultura que está en el bosque de eucaliptus de la estación José M. Bosch, Buenos Aires,autoría del artista José Luis Marconetti.

La choza estaba preparada para el ritual del Hain, muy cerca del campamento. La entrada a la choza no permitía a las naa ver el ritual. Era solo para hombres. Aún así, escondida detrás de un imponente árbol reseco por el viento, estaba Naa Chaché. Enamorada de  Alekatem,  el iniciado, no iba a perderse la ceremonia.

Sin notarlo, se apoyó en las ramas del viejo  árbol, provocando un ruido que alertó a los ancianos, ya preparados para enseñarle a Alekatem, los secretos de las tradiciones y creencias.
Se agruparon, la rodearon, la llevaron hacia una canoa y la empujaron hacia el agua. Alekatem  se quedó inmóvil, viendo como la canoa desaparecía lentamente.

Flotó varios días, sin siquiera moverse. Dormida, y con el cuerpo entumecido de frío llegó a una orilla. Recién ahí, abrió sus alas. Las abrió tanto que llegaron a transformarse en un caoba delicado  que danzaba con el sol y la brisa fuerte del sur.

Naa Chache, voló, tan alto que se perdió en el continente. Ya cansada, bajó sobre un tronco de eucaliptus y se paró sobre la imagen de una serpiente que la desafiaba. A pesar del miedo, volvió a abrir sus alas, que flameaban al compás del canto de los pájaros. Ahí se quedó, esperando a Alekatem, quien algún  día se daría cuenta de su infinito amor y llegaría a buscarla.


©Silvia Vázquez
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