En primavera
del 2016, tuve la dicha de poder cumplir uno de mis tantos sueños. Fui
admiradora y seguidora (no utilizada esta palabra en aquel entonces) de un
cantante y autor muy bueno, llamado José Angel Trelles. Una vez que conseguí
ubicar su teléfono, lo llamé y gentilmente nos abrió las puertas de su casa
para una entrevista. Nos atendió como a sus amigos y nos sentimos sumamente cómodos. Mi esposo
ofició de fotógrafo en aquel momento y José Angel me firmó la tapa de un Long
play (cosa poco moderna ahora) que me traje a casa, sorprendido que alguien aún
conservara esas “reliquias”. Quiero compartir aquella entrevista que me enseño
a apreciar aún más su trabajo y a saber que la gente modesta llega alto, tan
alto como para recibir a alguien desconocido en su propia casa… ¡Feliz cumple, maestro!
..."
Un ícono de
la canción, más que nada un Señor cantante que tuvo el privilegio de ser
acompañado por el quinteto de la Fundación Piazzolla, con Piazzolla mismo, el
Sexteto Mayor, actuar en el Carnegie Hall de New York, en el espectáculo Tango
Magic, donde grabó un programa especial para Sony Television. Hacer de cura en
una obra de teatro famosa como “El diluvio que viene” o acompañar a Sandro en los noventa, en el
programa que le dio un Martín Fierro.
Dueño de un
registro de barítono, es afinado, tiene potencia y es fiel exponente de una
generación de vocalistas que interpretan lo que cantan .
Entre sus
producciones discográficas se destacan: Balada para un loco (1975), Y ahora yo
(1990), Aguante barrio (2001), El ángel vive (2003), grabado junto a la
Camerata Porteña y junto al pianista Juan Carlos Cirigliano: Sólo para dos.
¿Más espectáculos musicales? Canta, canta, canta, , El patio de La Morocha, Lo
que me costó el amor de Laura, Ya vendrán tiempos mejores, El Principito.
Además, compartió escenario con músicos y cantores de todos los géneros como:
Estela Raval, Víctor Heredia, Alberto Cortez. Realizó giras por América
presentándose en diversas salas y canales de TV (Chile, Perú, Uruguay,
Paraguay).
Me recibe en
su casa. Un placer para mí, poder tener enfrente a quien he ha hecho emocionar
con sus temas como “Amor desolado”-
José Angel es mágico. La voz, es la misma que cuando allá por 1983 compré el “long play” con sus canciones. Las
veces que habré escuchado eso en “Cielo
cerca”. Las veces que repetí :” Yo lo puse todo,vida cuerpo y alma,ella, Dios
lo sabe, nunca puso nada.” Me da la oportunidad de poder conocerlo
personalmente y charlar un rato, en el living cálido de una mañana de casi
primavera, rodeada de cuadros que tienen historia. Uno hecho por la esposa de
Ferrer, fotos a montones, colgadas en las paredes y el olorcito a algarrobo de los muebles. Aún
teniéndolo ahí, tan cerca, no puedo creerlo. Pensaba tutearlo, pero no me
animé, era demasiado grandioso para mí estar ahí, y le debía respeto, como al
ídolo que es.
En 2013, la
Legislatura porteña lo declaró Personalidad destacada de la Cultura en un
emotivo acto en el que se le definió como una voz excepcional de la balada y un
“verdadero embajador”¿Qué significó para usted ese reconocimiento?
(Se emocionó
por primera vez en la entrevista. Habría otras más, cuando mencioné a algunos
de sus amigos).
Es mucho, es
mucho porque es tu ciudad…donde naciste,
donde encontraste tu camino, donde están mis hacedores, que son mis maestros.
Autores, compositores, y aparte es la ciudad de Discépolo, de Gardel, de Manzi
,de Ferrer, de Piazzolla. Que esa ciudad me reconozca como personalidad es un
gran premio.
El personaje
del padre Silvestre en El diluvio que viene ¿marco un antes y un después en su
carrera?
El personaje
no, la obra sí. A mí me ayudó muchísimo, me hizo crecer como intérprete una
barbaridad porque era la primera vez en la vida que cantaba sin micrófono. Sin
nada en la mano. Los cantantes somos medio hemiplégicos, no sacan el micrófono y… Pero ahí había que cantar
actuar entender la situación, un trabajo teatral que me enseñaron, bailar, que
a mí no me gusta.
Pero lo lograron
Si, fueron
ocho horas por día. No, más doce, horas, tres meses y los domingos que había descanso me hacían ir ocho horas.
Lo que había que hacer ahí lo hice graciosamente. Como me decía el coreógrafo
“el cura no tiene que bailar bien, si baila un poco torpe es gracioso, pero te
quiero suelto, que sepas que lo vas a hacer
y lo vas a hacer bien, eso va a dar resultado” Y así fue.
Piazzolla
fue a ver la función y dijo ¿“Cómo hicieron para que se mueva este?” El que
baila nunca canta, a mi no me gusta nunca me gustó ir a bailar, ni de joven ni
de grande, solo cantar.
En su disco de
2015 el poeta de Banfield Daniel Daneri,
hizo el tema “Hay que decir ahora”, del
sello Utopía. ¿Cómo fue la grabación de aquel disco?
Daniel es un
gran poeta que conozco hace muchos años, con un poema maravilloso que escribió
para Armando Tejada Gómez ese hermano que no está , dice “el poema con razón y
con justicia…Armando no está” pero a ahí lo conocí. Cuando empecé a preparar
ese disco me acordé de él. Lo llamé y le dije, “¿Vos tenés algo para
musicalizar?” Me dijo:” Yo te mando un material” y ahí estaba “Hay que decir
ahora”. mi pianista Osvaldo Belmonte le p uso música y lo grabamos. Me parece
un poema muy lindo.
Ocho años.
¿Qué pasó luego
de tanto tiempo? ¿Cómo se sintió?
Fue lindo
porque el laboratorio de grabación, los compañeros, el productor que tengo Hugo
Casa, que para mí es el mejor que hay. El empujón de Hugo que me decía “hace
mucho que no grabás…el disco es tuyo, poné vos cosas, que tenga cosas tuyas”.
Me puse a componer. Le puso música él otras yo, y fue un lindo trabajo, a pesar
del momento duro en lo personal. El disco siguió adelante y ya está en
difusión.
¿Cielo cerca es
de Porta, no suyo, verdad?
Si, Porta es
una maravilla. Canté muchas obras de él, igual que “Las cosas por su nombre”.
Además de
canciones, escribió cuentos…
Sí, eso es un
vicio oculto. Escribo cuentitos hace rato. Una vez estábamos con mi mujer en un
bar en pleno Parque Patricios, (yo soy cuervo) estaba en territorio enemigo,
esperando a mi hijo. Un bar hermoso en Caseros y Labardén. Entro a ese bar y el
día estaba gris, nubladón, pero el lugar era mágico, tenía plantas, era un
lugar especial. Se me ocurrieron ideas de cosas que podrían pasar ahí, y salió
una serie de cuentos “Bar de los milagros”, pero no merecen ser conocidos. Otro
se llama” 2001”, que escribí luego de lo que nos pasó con los asaltos. Hay
ensayos y otras cosas, pero tengo mucho respeto por la gente que escribe. No se
trata de la crítica, se trata de mi propia valoración.
Yo leo Fontanarrosa,
García Márquez, Dolina, y uno tiene un parámetro de lectura que es grande. Cuando era chico me decían
“Librito” porque leía mucho. Queda acá. Mirá lo que escribió el viejo…
Con ese mismo
concepto nadie se animaría a cantar escuchándolo a Trelles…
No pasa por
la comparación, sino por la distancia que veo que existe entre la gente que
tiene oficio para contar, para redactar y los que no lo tenemos. Seguro que yo
haré una canción mejor que otro que no escribe canciones, porque sé combinar
las palabras, las medidas, la experiencia que ,e permite decir que sé hacer una
canción, pero no sé cómo hacer un cuento.
¡Yo quiero
leerlo!
No,no.
Al leer mucho se copian ciertas cosas…
Si claro,
si, salen cosas.
¿Cuál es su
escritor preferido, o escritores?
Cortázar,
Borges, Imbert que no tiene prensa, es cordobés.(N de la r: Córdoba, 12 de febrero de
1910 - Buenos Aires, 6 de diciembre de 2000) fue un escritor, ensayista,
crítico literario y profesor universitario argentino.) Escribe muy buenos
cuentos. Hay muy buenos cuentistas como Denevi. Borges también en poesía. Los
cuentos de Borges son muy buenos. “Jacinto Chiclana” me parece una hermosura. Astor le puso música a
poesías de Borges.
Piazzolla
significó un paso importante en tu carrera, ¿cómo se conocieron?
Yo cantaba
en un programa de televisión que era un
certamen de grandes autores y compositores, como Cátulo Castillo, Expósito,
Eladia Blasquez, Cacho Valles, Dávalos, Falú, Ariel Ramírez, interpretados por tipos desconocidos, que éramos nosotros. Lo
producía Dino Ramos. Ahí canté unos cuantos temas, estrené “Río de tigres”, y
uno de Victor Heredia, “ Esta mañana llueve”. Una de esas noches (yo estudiaba con el maestro José Carli,
amigo personal de Piazzolla), Piazolla fue a cenar a la casa de Carli, y vieron
el programa. Yo canté un tema de los Andariegos “Oración a la vida”. Y Astor le
preguntó “¿Y este quien es?” “Trelles,
le dijo Carli, estudia con nosotros”. “Este es el tipo”, le dijo Astor a
Ferrer, y Ferrer le dijo, “si, este”. Año 1969. Ninguno me duijo nada a mí. Al
día siguiente me fui a RCA, donde había
un queridísimo maestro que me quería hacer grabar y no me dejaban. José Finkel, que me defendió a
capa y espada. En la oficina de al lado estaba Piazzolla, que me vio. Finkel
atiende el teléfono y dice “Bueno, ahora te lo llevo”. Piazzolla dice que sos
el tipo nuevo que mejor canta en
Argentina.
Yo dije que no, que no iba, que no iba. Cuando me voy , en la salida
de Paroissien, vine Astor, y me dice
“Pibe, vení!” y me da uno de esos bifes de cariño que te aflojaban las muelas.
“Te escuché anoche en lo de Pepe Carli, te felicito, cantás muy bien, no te
enviciés, no cantés tango, bo…., cantá en serio como anoche y algún día se va a
dar”: Y casi me muero. Le conté a Carli y no me dijo que ya se lo había dicho
antes. En el `75 le manda una carta al Negro Merellano que decía que le
pregunte a Trelles si le interesa cantar con el Octeto. Y así empezó. Me llamó
y fue la etapa más feliz, más rica e inolvidable de mi carrera. No viví nada
parecido ni cerca. Canté en los mejores
teatros del mundo, con grandes orquestas.
Me dirigió Guidon Kremen, canté con la Sinfónica de Caracas, en el
Colón, pero lo de la experiencia de cantar con Piazzolla, a metro y medio
tocando el bandonéon, además de incomparable es intransferible, no lo pudo
explicar, demasiado grande.
Era terriblemente perfecto, dolorosamente perfecto.
Era cardíacamente peligroso. El se reía mucho de mi miedo. El día que canté en New York,en el
Carnegie Hall , me asomaba por el agujerito detrás del escenario, veía el
teatro lleno y me preguntaba “qué hago acá?” Cantó Chick Corea, y yo ahí.
Piazzolla me tocaba el hombro y me decía “te toca a vos, ¿sabés que todo los
años toca Sinatra acá?”. “Por favor, ¿por qué me dice eso ahora””, “Porque te
noto un poco durito, ablandate que los
matás!” Yo confiaba en él y él en mí. Me daba un respaldo y lo noté con
el tiempo. Un día hablábamos del miedo de defraudar. Lo que él me decía era
“Vos pensá que acá viene a verte un
matrimonio, que el tipo sacó las entradas, mandó el traje a la tintorería, la señora fue
a la peluquería, dejaron a los chicos con alguien, los van a buscar, y todo eso
para escucharte a vos.
Pensá en eso y va a ver que estás más tranquilo en lo
que das. Pensá con esa responsabilidad, en el sacrificio que hace la gente para
vernos”.
¡Pero eso era
más presión todavía!
Fue
maravilloso. Uno sale con un objetivo más claro que “mirá qué lindo canto”,
sino “Te quiero emocionar”.
Es que la voz
escuchada en vivo es diferente, a mi me
emociona escucharlo así, en vivo acá, al lado mío.
Bueno, acá
estamos.
Su amistad
con Sandro y Rubén Juarez
Roberto fue
mi hermano, más que un amigo, compañero de trabajo o colega, fue mi hermano.
Tuve un hermano que se llamó Roberto Sanchez. Es un vacío impresionante el de
él, el de Rubén Juarez…
(Y ahí vuelve
la emoción)
Me dejaron
huérfano. El abrazo del negro Juarez es de las cosas más tiernas, más sinceras
que recibí en mi vida. El negro te abrazaba acá, abajo, te agarraba de la
cintura y apoyaba su cabeza en el pecho. Eso me pone mal, me faltan dos pilares
importantísimos de mi vida. No solo eran solo hermanos sino que nos llamábamos
por cualquier cosa, qué hago con esto, qué te parece. De golpe perder todo eso.
Tengo una relación parecida con Dany Martin, pero quiero decir que son únicas
esas relaciones. Para mi Juarez es el artista más grande que tuvimos. No he
viajado por el mundo al cohete. Tomaba un avión estabando en Amsterdam
descansando y viajaba a Bélgica para ver
a Aznavour.
Y volvía. Y ví a Sinatra y a Tony Bennet en vivo, a Lisa Minelli a
Shirley Mac Laine que me arrancó la
cabeza esa mujer,. Vi a Rafael, a grandísimos showman en vivo, pero ese negro
con un bandoneoncito, un perticable, una luz, nada más, nadie me arrancó la
cabeza de esa manera, nadie me hizo sentir lo que me hizo sentir ese negro
nunca. Era un eximio bandoneonista. Un tipo que tocaba maravillosamente bien
como muy pocos y tenía una manera de cantar… fraseaba de un modo que no podía
caer a tiempo nunca y caía siempre. Los disfruté mucho.
Hicimos
cosas juntos con Sandro “Querido
Sandro”, por los 90. El hizo las cosas ¡a lo Sandro! El día que cantó Estela
Raval, todo el vestuario era del Teatro Colón. Era un loco, era primera siempre
o no jugamos. El negro era más barrero, a la que venga pero al frente, era un
toro, arrasaba, no había cancha chica ni grande. Era maravilloso, un personaje.
Fueron dos cosas que tengo que agradecerle a la vida, y a Dios, que puso esta
gente en mi camino, como haber sido hijo de mi viejo, haber estudiado con
personas que me hicieron crecer.
con Juarez |
Es una
responsabilidad tener semejantes maestros también pero es maravilloso. Cantar
en un lugar donde toca Malvicino, López Ruiz o Suarez Paz, o Console en
contrabajo. Estaban ahí a dos metros mío, y yo era más verde que una plaza.
Me veían tan
verde cantando con Piazzolla, y tenía muchos consejeros,me decían” fijate cómo
hacés esto y lo otro”, y yo sabía que era verde. Hasta que uno me dijo “Vos
sabés por qué estás acá? Porque te eligió y te llamó porque te escuchó cantar,
cantá como vos, si hay algo que cambiar
te lo va a pedir el viejo. Esto está fenómeno.” Y yo ya tenía la cabeza
dada vuelta, pensando en lo que tenía que hacer. Si el dueño del circo te dice que está bien
esa nariz, ponete esa nariz. Todos los
que trabajamos con el viejo fuimos modificados para bien.
Me cambió la manera de encarar la profesión , la
disciplina para estudiar, un paso
adelante. Me mandó a estudiar con una alemana maravillosa que fue Helga Epstein
, 24 años con ella. Crecimos todos.
Usted le dedicó
un tema a su esposa…
Escribí dos.
En este disco es “Compañera” y otra
es “Estás en cada verso”-Ella merecería
mucho más por lo que ha hecho por mí que dos canciones. Una vida de
agradecimiento, de compañerismo, apoyo, sostén., consuelo. A un artista es
difícil mantenerlo estable, porque la cosa va y viene , porque de pronto hay
mucho trabajo, de pronto no hay nada, porque la ausencia es larga, giras de
tres meses, solo pude hacer una gira con
María y Federico y si no se quedaban acá. Hace treinta años que vivimos acá.
Las giras a veces son largas, la ausencia mata, si no tenés en casa algo muy
firme…y esta compañera estuvo siempre. He tenido muchísima suerte en la vida.
En cierta
entrevista dijo que “la cultura es una decisión política”¿por qué?
Y sí, los
pueblos tienen la cultura que los gobiernos les da. Si hay poetas como Tejada
Gomez, Lima Quintana, que no figuran en los libros…historias argentinas que no
se conocen. El otro día el Diario La Nación publicaba que “en 1871 se regalaban
indios. En la semana un niño por persona será regalado…! Esto pasaba en nuestro
país, como si fueran esclavos. Por eso somos lo que somos, estamos como
estamos, por eso se deforma la música popular y pasa a ser popular una
banalidad, estupidez, sin vuelo poético, sin sentido ni calidad musical y
vocal.
Comparados
con las letras de la música americana (USA), las letras acá son mucho mejores y
es como que los escritores de música argentina que sabían escribir, pasaron de
moda y entonces escuchamos mala música.
Eso es a
propósito. Un pueblo con menos cultura es un pueblo con menos sapiencia y con
menos inquietudes. Los chicos de entre 13 y 20 años no manejan más de 200 palabras. La formación es fundamental.
Cantautores
que hacían las cosas muy bien. Cortés. Alberto fue la primera luz. “El abuelo”,
o milongas que cantaba en argentino aunque grabara en España. Lo nuestro.
Después aparece lo que se llamó la Nueva Canción Argentina donde aparecen Marcus, César
Isella, Tejada Gómez, se divulga Yupanqui de una vez por todas, muy importante.
Nuestra canción toma otras formas, ya no son tangos ni boleros, algunas
melódicas, algunas rítmicas, no son folklóricas, tienen identidad, lo que logra
Fernando Porta, el tano Vadalá, una serie de compositores nuevos que se
vinculaban con los viejos, Tejada, Lima, Avena.
Con Osvaldo Avena aprendí a
cantar milongas:: Ahí conocí a Tejada Gomez. Héctor Negro, y gente que escribía
fenómeno. No había que meterse en el tango o el folklore.
Para mantener
una trayectoria y la vigencia, ¿qué les sugeriríaría a quienes comienzan esta
carrera?
Que estudien
mucho, muchísimo. Canto y música, hay
que leer música. Música cantada, leer una partitura, técnica vocal por
supuesto. Duro y parejo. Escuchar mucha música si es posible arrancar con
Mozart, comerse a Mozart, a Vivaldi y después arrancar con música
latinoamericana popular mexicana,
brasileña, argentina, aunque haya decidido hacer otra cosa. Estudiar mucho y
elegir el repertorio y salir a pelear, ponerse los guantes y salir. Eso no es
garantía, pero la va a pasar bien, que aprenda que estudie.
Es lindo tener una
melodía, agarrar un papel, escribirla, tocarla que la toquen los demás. Es como
otro idioma, bien aprendido, utilizando todos los recursos que tienen, sin
faltas de ortografía, como estudiar un idioma… Cómo se redacta, dónde va un
acento…Eso, estudiar.
Me quedo con su
sonrisa, la misma de la tapa de los discos, la sencillez, la sinceridad y sobre
todo la profesionalidad. Me firmó el disco, nos tomamos fotos y seguimos
charlando, como si nos conociéramos de siempre. Gaseosa y agua para la sed, y
la compañía de su esposa María.
¡Gracias José!
©Silvia Vázquez
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Bellísima Entrevista. Hace tanto. No la había leído. Me hizo llorar . Pepe, besos al cielo.
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