viernes, 5 de junio de 2020

DIA DEL PERIODISTA, 7 DE JUNIO



http://servicios.abc.gov.ar/docentes/efemerides/7dejunio/index.html

En Argentina deseamos un “feliz día” a todos los periodistas desde 1938, año en el que se desarrolló el Primer Congreso de Periodistas y se sentaron los primeros escritos del Estatuto Profesional (ley 12-908), que sería sancionada en 1944 por el Congreso Nacional. Aquella primera congregación de colegas, llevado a cabo en Córdoba, estableció que todos los 7 de junio se celebre el Día del Periodista, en homenaje al primer diario que funcionó en el país desde la etapa independentista.

El primer diario argentino

Fundada el 7 de junio de 1810, fecha en que se imprimió el primer ejemplar, la Gazeta de Buenos Ayres nació para ser un órgano de difusión de las ideas de la Primera Junta de Gobierno. Fue un periódico impreso en Buenos Aires desde ese día hasta 1821, y escribieron personalidades destacadas como Manuel Belgrano y Juan José Castelli.
En las primeras ediciones, Mariano Moreno, creador de la gaceta (una publicación periódica con noticias oficiales, políticas y culturales), se preguntaba en sus editoriales:
“¿Por qué se han de ocultar a las Provincias sus medidas relativas a solidar su unión, bajo nuevo sistema? ¿Por qué se les ha de tener ignorantes de las noticias prósperas o adversas que manifiesten el sucesivo estado de la Península? Para el logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta que salga a la luz un nuevo periódico semanal”.
El día que se “legisló” la Gazeta
Transcurridos siete días de aquel memorable 25 de Mayo de 1810, el primero de junio, la Junta dictó el decreto que disponía: “salga a la luz un nuevo periódico semanal con el título de Gazeta de Buenos Aires”. Así se hizo y el 7 de junio ya estaba en la calle.

“Rara felicidad la de los tiempos en que es lícito sentir lo que se quiere y decir lo que se siente”. El diario comenzaba con palabras de Cornelio Tácito, uno de los grandes historiadores del Imperio Romano.

Días después de la fundación, el 21 de junio, Mariano Moreno publicó un artículo “Sobre la libertad de escribir”. “Si se oponen restricciones al discurso, vegetará el espíritu como la materia; y el error, la mentira, la preocupación, el fanatismo y el embrutecimiento, harán la divisa de los pueblos, y causarán para siempre su abatimiento, su ruina y su miseria”.

Gazeta y Biblioteca
En ese largo 1810, el periodista anunció el 13 de septiembre la creación de un nuevo órgano destinado a la difusión y democratización de las ideas, los pensamientos y el conocimiento: este fue la Biblioteca Nacional.

“Ha resuelto la Junta formar una biblioteca pública, en que se facilite a los amantes de las letras un recurso seguro para aumentar sus conocimientos...”. “Por fortuna tenemos libros bastantes para dar principio a una obra que crecerá en proporción del sucesivo engrandecimiento de este pueblo”.

7 frases de Mariano Moreno
“Desengañémonos al fin que los pueblos yacerán en el embrutecimiento más vergonzoso, si no se da una absoluta franquicia y libertad para hablar en todo asunto que no se oponga en modo alguno a las verdades santas de nuestra augusta religión, y a las determinaciones del gobierno, siempre dignas de nuestro mayor respeto. Los pueblos correrán de error en error, y de preocupación en preocupación, y harán la desdicha de su existencia presente y sucesiva. No se adelantarán las artes, ni los conocimientos útiles, porque no teniendo libertad el pensamiento, se seguirán respetando los absurdos que han consagrado nuestros padres, y han autorizado el tiempo y la costumbre”.
“La verdad, como la virtud tienen en sí mismas su más incontestable apología; a fuerza de discutirlas y ventilarlas aparecen en todo su esplendor y brillo: si se oponen restricciones al discurso, vegetará el espíritu como la materia y el error, la mentira, la preocupación, el fanatismo y el embrutecimiento, harán la divisa de los pueblos y causarán para siempre su abatimiento, su ruina y su miseria”.
“¿Por qué se han de ocultar a las Provincias sus medidas relativas a solidar su unión, bajo nuevo sistema? ¿Por qué se les ha de tener ignorantes de las noticias prósperas o adversas que manifiesten el sucesivo estado de la Península?... Para el logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta que salga a la luz un nuevo periódico semanal, con el título de la Gazeta de Buenos Aires”.
(Mariano Moreno, Gazeta de Buenos Ayres, 07 de Junio de 1810).
“Quiero más una libertad peligrosa que una servidumbre tranquila”.
“Felices tiempos aquellos en que se puede sentir lo que se quiere y decir lo que se siente”.
“Si los pueblos no se ilustran, si no se divulgan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que puede, vale, debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas y será tal vez nuestra suerte cambiar de tiranos sin destruir la tiranía”.
 “Un habitante de Buenos Aires ni ebrio ni dormido debe tener expresiones contra la libertad de su país”.

Una ficción sobre Mariano Moreno

MISION INCONCLUSA

Esta tarde, partí hacia Ensenada. De allí me trasladó la escuna  “Misletoe”  hacia la fragata “Fame”, de 900 toneladas y con 350 tripulantes de bandera inglesa. Hoy,  30 de enero de 1811, mil ojos saavedristas se aseguraban de mi partida bajo una espesa niebla. Ocupé un pequeño camarote cercano al del Capitán .Tal vez no viaje muy cómodo porque me han dicho que esta nave transporta carga general. Trataré de adaptarme lo mejor posible a pesar de las incomodidades que se me presentan. Espero que mi precaria salud no me dé un susto.

Las pasiones hierven, las clases bajas siguen apoyando a Saavedra, mientras que los jóvenes ilustrados, reunidos en el café de Marco, a mí.
Quiero  alejarme de Buenos Aires y su clima conflictivo cuanto antes. Ya he visto llorar a muchos hombres por la infamia con que se les entregaba; y yo mismo he llorado más que otro alguno, cuando el  27 de junio de 1806, vi. entrar a 1. 560 hombres ingleses, que apoderados de mi patria se alojaron en el fuerte y demás cuarteles de la ciudad.

Ni el francés Dumoriez, ni Padilla a quien la Junta nombró como representante en Londres para comprar armas, ni John Curtis, su socio, quieren verme en Inglaterra, pero como terco que soy, me empeño en desenmascararlos a mi regreso. Tremendos negocios han cerrado en mi ausencia, quedándose con una parte de los dividendos de la compra de armamentos.
Manuel, mi hermano y Tomás Guido viajan conmigo. Mi misión diplomática incluye el apoyo económico y militar, y creo que ante los acontecimientos suscitados en la ciudad, de restaurar por la vía armada el régimen colonial en América, no me queda mucha opción.
El malestar hepático aún me acompaña y el reuma me tiene a maltraer. Mi corazón está débil pero mi fuerza no disminuye si debo defender a mi patria.

Después de haber caminado un rato por la cubierta, sentí un dolor muy  fuerte en el estómago. La discusión con el Capitán  tal vez reavivó mi vieja dolencia, aunque Manuel insiste con que fue la comida (está convencido de que intentan envenenarme). Es un poco perseguido, pero me gusta que me cuide. Yo  intento que entienda que el mismo Capitán me la sirve personalmente, pero el insiste con lo mismo.

Aunque a veces, me resulta sospechoso que cuando Manuel y Tomás le solicitaron al Capitán que desviara la marcha hacia Río de Janeiro o ciudad del Cabo para atenderme, ya que a bordo no hay médico, éste, sin demasiadas explicaciones se negó y está manteniendo al barco en una irritante marcha por demás lenta, pero descarto la hipótesis que señala mi hermano. ¿Con qué motivo haría algo semejante? No soy enemigo de los planes británicos, y dudo que la diplomacia inglesa quiera atentar contra mi vida.
Acostado en mi cama, paso la noche pensando en todo lo que vendrá. Como no tengo sueño, voy a sentarme un rato en mi camarote para hacer unas traducciones y luego escribirle una carta eterna a mi María Guadalupe. Acabo de partir y ya la extraño. ¡Cuánta agua se necesita  para apagar ese fuego que nos une! Tal vez las profundas aguas de  Brasil me inspiren. Aún tengo un largo  y abrumador viaje hasta mi objetivo.
Mi pluma revolucionaria está demasiado mojada, ya no logro escribir una palabra. Se me deshace un papel entre las manos. En mi cabeza resuena la frase dicha tantas veces en vano: “Quiero más una libertad peligrosa que una servidumbre tranquila”







De repente, siento frío…mi cuerpo flota envuelto en una bandera inglesa. Veo allá a lo lejos, que la fragata  sigue su viaje sin mí, y escucho, como suspiros, los cantos fúnebres en el inglés rudo de los tripulantes…Me apena no poder cumplir con mi misión, otro lo hará por mí.
Ya serán aquellos que vengan detrás de mí, los responsables de averiguar cómo sucedió esto. A pesar de todo, me reconforta saber que mi patria seguirá viva aunque yo perezca debajo de estos mares, y alejado de ella.
Los morenistas seguirán mi ejemplo, sin intereses mezquinos, sin importarles su propia vida, siendo perseguidos para erradicar todo vestigio de mi  ideario transformador.
Sé que mi heredero honrará siempre el nombre de su padre, quien luchó por una nación mejor, y sé también que mi amada Lupecita, colmará de lágrimas sus pañuelos bordados en tardes de invierno. Dedicará su vida entera a que nuestro hijo, sea un hombre de bien  y vivirá recordando a un hombre simple que la amó hasta el último suspiro... Solo el otoño gris será su eterno compañero.


¡FELIZ DIA,PERIODISTAS!
                                                                                               

©Silvia Mabel Vázquez

Para seguir leyendo:
Los mitos de la historia argentina – Felipe Pigna
Patria Grande -Arturo Capdevila
Miguel Wiñazky -Diario Clarín, abril 2002
El forjista-La revolución según Mariano Moreno

M.A. De Marco – Diario La Nación, 21/4/2010
















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