Cuidar el medio ambiente es cuidar nuestra salud
El Día Mundial del Medio Ambiente es también la Hora de la Naturaleza. Los alimentos que comemos, el aire que respiramos, el agua que bebemos y el clima que nos rodea hacen posible que vivamos. Dependiendo de la calidad de esos elementos, así será nuestra salud. En la situación actual con la pandemia de coronavirus, es aún más importante proteger ambas.
Por una mejor salud ambiental
El medio ambiente y la salud están relacionados de manera estrecha. El Día Mundial del Medio Ambiente, que se conmemora cada 5 de junio desde 1974, recuerda la importancia de conservar y cuidar nuestra naturaleza y la riqueza de su biodiversidad y de sus ecosistemas. Porque proteger el planeta es sinónimo de proteger nuestra salud. Y hoy, más que nunca, es vital cuidar las dos para superar la covid-19 y tener un mundo más sostenible.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que una de cada cuatro enfermedades en el mundo puede estar relacionada con factores ambientales, siendo diferentes en cada región del mundo, y que alrededor del 20% de las muertes en el continente europeo se deben a problemas derivados de la degradación del medio ambiente.
La salud ambiental se relaciona con todos los elementos físicos, químicos y biológicos externos a una persona que inciden en su salud. Es decir, todos aquellos que sirven de indicadores para la prevención y la creación de ambientes propicios para una adecuada salud humana.
Factores medioambientales que influyen en la salud
La relación entre el medio ambiente y la salud humana se encuentra condicionada por diferentes factores. Conocer cada uno de ellos ayuda a tomar medidas para cuidar y proteger a la naturaleza y a nosotros mismos.
Factores físicos
Los factores físicos pueden ser atmosféricos o sidéricos. Por ejemplo, son aquellos que se relacionan con la calidad del aire y el cambio climático. La contaminación atmosférica o los cambios bruscos de temperatura pueden provocar en el ser humano problemas respiratorios, una mayor propensión a desarrollar alergias, complicaciones musculares y óseas, así como influir en los estados anímicos y psicológicos.
Algunos factores como las precipitaciones, la humedad, la presión atmosférica o el viento son manifestaciones naturales que pueden influir en nuestra salud, tanto física como mental, pero dependen de cada región para que sus efectos sean más o menos acusados. El ser humano ha desarrollado diversas capacidades para convivir y adaptarse a esas manifestaciones; sin embargo, el problema reside cuando, debido a la alteración del medio ambiente, estos fenómenos se hacen más extremos y, con ellos, también sus efectos en la salud humana.
La contaminación ambiental, en especial la que altera el aire que respiramos, supone un impacto negativo sobre nuestra salud. Los altos niveles de sustancias tóxicas en las ciudades es una de las causas del cambio climático y provoca enfermedades en los seres humanos.
Factores químicos
La producción y el uso de sustancias químicas ha aumentado y, con ello, también lo ha hecho su incidencia en el medio ambiente. Podemos encontrar sustancias químicas en el aire, el agua, el suelo y en los alimentos que consumimos. Por tanto, son elementos que podemos absorber a través del sistema respiratorio. Pero también pueden llegar a nuestro organismo por el aparato digestivo o por la piel.
Dentro de la relación entre medio ambiente y salud, la contaminación del agua es una de las problemáticas más relevantes: no solo el ser humano, sino todo ser vivo, necesita este elemento para la supervivencia. Su alteración debido a los agentes contaminantes llega al ser humano y altera su salud. Por tanto, cuidar del agua es cuidar nuestro bienestar.
Factores biológicos
Entre los factores biológicos se encuentran animales, plantas y microorganismos, es decir, las bacterias, los virus, los parásitos, los hongos, levaduras y sus micotoxinas, los vegetales y los alérgenos.
El carácter natural de estos factores implica que el ser humano estará expuesto a ellos de una manera u otra debido a la convivencia. Sin embargo, la alteración del medio ambiente provocará que la extensión de los virus, por ejemplo, sea más agresiva y que aumenten las enfermedades zoonóticas.
«Acabar con la fauna silvestre y sus hábitats provoca, por un lado, que los animales en ocasiones se acomoden a vivir en lugares humanizados, pudiendo transmitir nuevas enfermedades; y por otro lado, que los virus que llevan millones de años en el medio natural busquen otros huéspedes, entre los que nuestra especie, por su abundancia, es hoy más que nunca susceptible de convertirse en hospedador», explica Mónica Fernández-Aceytuno, colaboradora de Fundación Aquae y Premio Nacional de Medio Ambiente.
La hora de la naturaleza
El cambio en el uso del suelo, la sobreexplotación de los recursos naturales, la deforestación, la alteración de la calidad del agua potable, la generación de gases de efecto invernadero y el consiguiente cambio climático, la contaminación y la propagación de especies invasoras son actividades humanas con efectos graves para la naturaleza, para el planeta y para la salud de las personas.
Quedan diez años para que alcancemos los objetivos de la Agenda 2030 y la consecución de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Es, por tanto, la hora de la naturaleza, porque revertir todo lo anterior y tomar medidas para cuidar los ecosistemas y la biodiversidad es la única opción para conseguir un planeta sostenible. El medio ambiente y la salud humana dependen de ello.
(fuente: Fundación Aquae)
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