La familia
Thibon llegó a la Argentina en 1935, originaria de Ardeche-Francia, donde se
dedicada al cultivo de la vid.
En 1938
inauguraron en Buenos Aires el Café Thibon, un local de venta de café tostado y
molido a la vista. Por su aroma y sabor únicos fue aceptado y adoptado por sus
inestimables clientes. El secreto del blend fue transmitiéndose en el tiempo a
través de tres generaciones Thibon.
En el inicio
del siglo XXI y a tono con las exigencias que implica la nueva era, la empresa
familiar con idéntica tradición, inalterable vocación al trabajo, auténtica
seriedad y respaldada poe los años de experiencia, abre sus puertas en el viejo
local de Montevideo 723 totalmente reciclado y con una vinoteca con las mejores
marcas de vinos, champagnes y licores.
Ofrece al
público la posibilidad de saborear su clásico café o bien beber la copa a su
elección en compañía de amigos en un ambiente agradable y mágico con 67 años de
historia porteña.
Los granos se
compran crudos a Santos de Brasil, Colombia, Chiapas de México y de Costa Rica,
los tuestan y luego se vende en grano o molido para el tipo de cafetera que el
cliente solicite. Federico conserva la fórmula secreta que traspasó
generaciones. Entre los clásicos están
el Colombia Excelso, Santos Bourbon, Costa Rica y Descafeinado.
Su Gerente
general es el Sr. Federico Lorenzo Thibon. Conversé con Luli, su hija. Ellos
como muchos de los bares y restaurantes de Buenos Aires y algunas ciudades del
interior, están con locales cerrado al público y solo se manejan con delivery o
a persianas semi abiertas para atender los pedidos de sus clientes.
Luli nos cuenta
que “este café fue declarado Bar notable. Antes de recibir ese título,Café
Thibon ya era “testimonio vivo de la memoria de la ciudad”, tal como lo indica
una orgullosa placa en el frente del local, en reconocimiento por mantener su
fachada y seguir funcionando como un lugar de venta de café, té y despacho.”
Desde la mañana
temprano se acercaban los clientes, habitués, que aprovechaban el surtido de
diarios y revistas para beber un espresso o elegir un almuerzo liviano,
compuesto de tartas y una mesa de vegetales a modo de humilde salad bar. Otros
pasaban por unos minutos, para comprar un vino para la cena o café recién
tostado para el desayuno. Para unos y otros, Thibon sigue allí, atravesando
generaciones.
Lamentablemente
no es la cotidianeidad lo que abunda en esta época ya que no pueden abrir al
público, y ellos necesitan seguir con el negocio familiar porque no quieren
cerrar sus puertas.
Si ud pasan por
Montevideo 723 o llaman al Teléfono: 4812-3320 pueden adquirir un riquísimo
café y por qué no una botella de vino para acompañar una deliciosa comida.
La atención
antes de la pandemia era de 8 a 20 hs, pero actualmente de 9 a 15 hs. En la
zona hay delivery.
Luli agrega que
“ sin ayuda es imposible salir de esta situación. Le han quitado el ATP
(ayuda para sus empleados) así que se complica aún más”.
Esperemos que
el rito de comprar café y prepararlo en casa, o tomarlo de pasadita, o leyendo un diario, no quede en el
pasado.
©Silvia Vázquez
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Gracias por tus palabras que tan acertadamente describen Mi lugar de trabajo desde hace 20 años, y siempre percibí el placer de un alto en el día, cuando saborean el 'cafecito' en nuestras mesas!!! Café Thibon no debe desaparecer!! Gracias !!
ResponderEliminarOjalá que todas las notas sirvan para que quienes deben, les den una mano grande. No puede perderse la historia de un momento a otro. Gracias a ustedes por darnos la posibilidad de conocer las historias.
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