Elizabeth
Bennet (‘Orgullo y prejuicio’) es el
personaje más querido en la literatura, según la fantástica web BookRiot.
Jane Austen
publicó 'Orgullo y prejuicio', el 28 de enero de 1813, pero lo hizo de forma
anónima. La familia Austen suplicó a Jane que mantuviese en secreto sus
inclinaciones literarias, así que ésta firmó su novela como 'Una dama'. Pero
'Orgullo y prejuicio' se convirtió en un fenómeno editorial.
Su falta de
experiencia le había llevado a ceder los derechos de la novela por la irrisoria
cantidad de 110 libras.
En un principio
se llamó “Primeras impresiones” y cuenta
la historia de Elizabeth Bennet, segunda de cinco hermanas de una familia de
pequeños propietarios rurales, que saben que su futuro depende de la
posibilidad de hacer una buena boda. Cuando el señor Bingley, un acaudalado
joven, se fija en la mayor de las chicas, los Bennet sienten que la suerte está
llamando a su puerta. Desafortunadamente, la insoportable familia de Bingley y
su amigo, el orgulloso y distante señor Darcy, pondrán trabas a esta relación,
por considerarla poco conveniente. La juiciosa y realista Elizabeth será la
única en darse cuenta de que los prejuicios de clase acabarán con los sueños de su hermana, y
desarrolla una antipatía hacia el señor
Darcy que —obviamente— acaba cayendo rendido a los pies de la única chica que
parece inmune a sus encantos, a su mansión y a su cuantiosa renta.
¿Y por qué Elizabeth
es considerada una heroína moderna.?
Decidida a
casarse por amor que asume sin dramatismo la amenaza de la soltería. su
energía, su valor, la naturalidad con la que se enfrenta a los pretendientes
indeseables y a la lengua afilada de una aristócrata, hacen del personaje que
permanecen en la memoria del lector más allá incluso de la propia novela.
Elizabeth, de
unos 20 años aproximadamente, no es una joven al uso de la época, sino una
mujer con su propias opiniones, que se permite reflexionar mucho más allá de los asuntos que
se supone interesaban a sus contemporáneas: “Cuánto más veo cómo es el mundo,
más me desagrada; y todos los días confirmo mi creencia en la incoherencia de
los seres humanos, y en la poca confianza que se puede depositar en las apariencias
del mérito o de la inteligencia”: Una frase vigente si las hay.
©Silvia Vázquez
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