Ay mi corazón idiota Descubrí que soy débil que soy frágil que las alas siempre fueron literatura Descubrí que mi corazón palpita que mi vientre tiene boca y sangre Descubrí que los ojos también sirven para llorar. Y el oído puede incluso escuchar sin escuchar Las frentes mayores se transforman en cienes y las sienes en cansancio en canas en años hilados por una platería brillosa Descubrí que el sexo no es un estado obligatorio que bajo las uñas se junta mugre cuando siembras que las cenizas saben a tierra prometida y la arena afila los colmillos del anima Descubrí que las estrellas están lejos pero que igualmente las podemos observar porque están ahí en ese campo santo que significa mirar al cielo
despejado una noche en junio, mientras hablan de invernar algunos otros hablamos de historias de terror en la fogata calentamos vino y cantamos cantamos himnos viejísimos, a todo tarro Descubrí que se puede incendiar un tronco con
parafina que las raíces necesitan espacio y comida o las plantas crecen con timidez y lentitud la nostalgia de una lluvia húmeda y asfixiante que las babosas se alimentan de la comida de mis
gatos descubrí que nuestro sustrato es el deseo de ser
libres de volar y volar a cualquier precio pero que la hierba no vive sin raíces que el trasplante a una vasija más grande es doloroso traumático y necesario para alargarse, estirarse, bostezar y crecer. |
|
|
|
|
|
|
*** |
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario