viernes, 6 de noviembre de 2020

Escritor invitado: Eduardo Garrido

 NOCHE DE BRUJAS...







Se acercaba la convención anual,
todo se estaba alistando,
era la hora de preparar los trajes,
refrescar conjuros,
lustrar las varitas mágicas,
mandar los sombreros a la tintorería,
prolijar verrugas,
y fabricar pócimas para la ocasión...
Era todo un trabajo artesanal,
desde el inicio del todo,
tallar las calabazas, darle de comer a los murciélagos, a las lechuzas,
mandar las escobas al taller para hacer el service,
y reservar una suite en el gran Hotel Aquelarre...
Al fin llega el dia del esperado evento,
temprano nos instalamos en el lugar,
esperando con ansia que llegue la medianoche,
la puesta a punto final ya ha comenzado,
el spa de barro de lagartos,
junto a los masajes con cremas de sapo,
nos da el toque snob de la noche...
Llegar al salón principal del Hotel Aquelarre es impactante,
la imagen formidable por donde la mires,
la alfombra roja, no tenia desperdicios,
las brujas están sublimes y llegan desde todos los puntos del mundo,
las telarañas relucen en todos los rincones y sus arañas lucen sus mejores galas,
de fondo se escuchan los hechizos top del momento y la orquesta de ciempiés ejecuta las piezas de manera lúdica...
Que fantástica esta la convención,
la bruja mayor es la encargada de abrir la fiesta,
luego del discurso y después de lanzar su conjuro estelar hubo suelta de lechuzas y murciélagos,
y ahí si se desplegó por completo la gran fiesta,
se encendieron los calderos,
los círculos de fuego daban los resplandores mágicos,
los búhos hacían los coros de la orquesta,
y la danza de las escobas fue el inicio de un variado show...
Era el momento esperado por todas,
los cuchicheos eran infernales,
que el vestido de esta, que la verruga de la otra, que la joroba de esa estaba desinflada,
que los cabellos de aquella estaban
prolijamente desmarañados,
todo era un hermoso pandemonium de descontrol...
La gran fiesta anual,
el Oscar de las brujas estaba en su máximo esplendor,
era el dia de ellas en toda su plenitud,
la comida mas que estupenda,
las lagartijas guisadas un poema,
los escorpiones rellenos un manjar,
y el postre,
mil hojas de dragón con bombas rellenas de crema de hormigas,
perfecto para chuparse los codos,
por supuesto todo regado con el mejor champagne de avíspas africanas...
Después de la gran comilona se sirvió un riquísimo té de tarántulas con unas delicadas masitas de escarabajos egipcios, que fueron el comentario y broche de oro para una velada de lujo,
y ahora si, el desenfreno de la danza del aquelarre,
conjuros, hechizos y trances hipnóticos al por mayor...
Las horas pasaron rapidísimo,
ya era hora de irnos, se acercaba el amanecer donde los conjuros y hechizos dejarían de tener efecto, desapareciendo con las primeras luces del alba,
había pasado ya la gran noche, la gran fiesta, el súper evento del año,
donde se dan cita la magia,
los hechizos y las brujas
la gran noche de los cuentos de la fantasía irreal...
Eduardo Garrido
Buenos Aires, Argentina
31/10/2020
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