La Casa de Pepa
Galarza es conocida por ser la casa mas antigua de la ciudad de Luján.
Los sistemas
constructivos en la Pampa son herencia de aquellos que se usaron por muchos
siglos en la región mediterránea y que a nosotros nos llegaron con los
españoles.
Estas formas
constructivas se usaron hasta las primeras décadas del siglo XIX, cuando se
impusieron las cubiertas de azotea.
La Villa de
Nuestra Señora de Luján, cuyo Cabildo alguna vez compitió con el de Buenos
Aires, tiene traza urbana desde mediados del siglo XVIII.
De la última
mitad del siglo quedan tres edificios que son referentes fundamentales para
entender nuestro pasado: el Cabildo, la Casa del Real Estanco (conocida como
del Virrey) y la Casa de Pepa Galarza.
La Casa de Pepa
Galarza se encuentra sobre la calle Lezica y Torrezuri número 881, dentro del
Complejo Museográfico Enrique Udaondo. La vivienda se compone de una sala y un
aposento.
foto:Silvia Vázquez |
Su
implementación es urbana en forma octogonal a la calle.
Su construcción
es de mampostería de ladrillos cocidos asentados en mortero de barro,
paramentos exteriores encalados sin rastro de revoque y el interior con revoque
de bosta que fueron restaurados.
La cubierta,
que fue reconstruida alrededor de 1940, era de palmas con forma estructural de
par y nudillo (consideramos que la original debió ser de madera dura); tiene
correas y un soporte de cañizo sobre el que se asientan las tejas musleras.
Se forma un
alero con la saliente por hiladas avanzadas del remate de la mampostería.
Las aberturas
tienen un arco escarzado y guardapolvo superior.
Las mismas
deben ser mejor analizadas pues parecen de reuso, tienen alcayatas de muy
diferentes épocas.
De la vivienda
original sólo sobrevivió el núcleo principal, faltándole las construcciones
anexas que posiblemente eran de precaria factura, ramadas o ranchos.
Complementando
esta recuperación, el Museo organizó una puesta que recupera una vivienda que,
por su naturaleza, no representa a las clases más altas, tampoco las más
humildes, pero sí a las clases medias de la época como comerciantes, pequeños
propietarios rurales, funcionarios, etc.
Por lo tanto su
montaje se ha hecho con muebles y piezas que no corresponden a juegos
integrales sino a la diversidad de las cosas que se van heredando o recibiendo
por dote.
Todos estos
elementos fueron rescatados de la reserva del Museo, especial e intensamente
para esta muestra.
La sala tiene
imágenes religiosas y cuadros. Encontramos el estrado, que nos muestra el
espacio de la mujer, que recién será recuperado con los nuevos aires que nos
trae la Revolución de Mayo.
También el
lugar de comer, con sus vajillas, cacharros, almireces, jícaras, diversos mates
y sahumadores. Un detalle: la cocina está aparte de la casa.Foto:Silvia Vázquez
Una expresión que
viene de lejos dice: “pone la mesa, retira la mesa”, justamente porque a la
hora del almuerzo y cena, la mesa, que estaba en la cocina, se traía a la sala
comedor.
Patrimonio de
todos los bonaerenses, la Casa de Pepa Galarza muestra hoy una nueva cara y es
la confirmación de que permanecerá en pie como parte de nuestra memoria.
Entendido que la cultura cumple su objetivo cuando es patrimonio de la gente – y no solamente de los expertos -, una de las tareas que se ha planteado el Museo es poder comunicar todos estos valores como una forma de fortalecimiento, basadas en el derecho a la memoria y la identidad.(fuente: tripin.travel)
foto:Silvia Vázquez |
No sabemos a ciencia cierta cuál es el origen de la extraña veleta que está sobre la puerta de entrada a la casa.
La misma tiene forma de una bruja con una varita en la mano.
Tema de una próxima investigación...
©Silvia Vázquez
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