La casa en la que una de las mayores glorias de su
literatura -y de la mundial- vivió y escribió parte de sus mejores obras, es
museo. Me refiero a Edgar Allan Poe y el hogar que habitó en Baltimore durante
dos años, entre 1833 y 1835.
Está situada en el número 203 de Amity Street (originalmente
el 3), una zona de la ciudad algo deprimida y azotada por la criminalidad. Por
tanto, esquivada por el Ayuntamiento, que consideraba excesivos los 80.000
dólares (algo menos de 59.000 euros) que su mantenimiento. Probablemente de
estar en el centro urbano la cosa fuera diferente.
Curiosamente, cuando Poe se instaló en Baltimore, era una
urbe pujante y dinámica, llena de vida cultural y en la que se editaban muchos
periódicos. Esto resultaba importante, puesto que entonces muchas obras se
publicaban por entregas en la prensa, no sólo en EEUU sino en todas partes. De
hecho, se cree que el torturado escritor escribió algunos de su relatos más
conocidos en esa casa: Manuscrito encontrado en una botella, Berenice, Morella…
El inmueble fue construido en torno a 1830. Poe se instaló
en él, viviendo con su prima y esposa, Virginia Clemm (que tenía trece años),
además de la abuela, la madre y el hermano de ella. En 1835, Poe se tuvo que
trasladar a Richmond para dirigir el Southern Literary Messenger y poco después
el resto de la familia abandonaba la casa al no poder pagarla, por quedarse sin
la pensión de la fallecida abuela Elizabeth.
La casa tuvo programada su demolición en 1941 y se salvó por
los pelos, como quien dice, pasando a ser arrendada por la Edgar Allan Poe
Society of Baltimore, que la arregló para su apertura al pública como
casa-museo con motivo del centenario de la muerte del escritor (1849-1949).
Pero el tiempo no pasaba en vano y a finales de los años setenta se hizo
patente que hacía falta una inversión importante para hacer unas reparaciones y
reformas a fondo.
Finalmente, con la colaboración de todas las partes, se
superó el desinterés municipal del que hablaba antes y hace pocos meses, en
octubre de 2013, reabrió sus puertas como The Baltimore Poe House and Museum,
mostrando un exterior de sobrio ladrillo y un interior de yeso y crin de
caballo pintado de blanco. Se estructura en dos plantas con cinco dormitorios,
salón, cocina y ático, unidos por una estrecha y sinuosa escalera y con una
chimenea en cada nivel. Se cree que la habitación de Poe era la del piso
superior.
La visita permite contemplar no solo el hogar sino el
mobiliario, las vajillas y una colección de objetos personales de Poe, entre
los que cabe destacar un escritorio portátil, su silla estilo Windsor e incluso
un telescopio.
La casa-museo, estuvo a punto de desaparecer luego de dos
años sin subvenciones, en el
año 2011.
El cementerio donde está enterrado el escritor está a poco
más de un kilómetro. El teniente Samuel Hood III limpia las hojas que hay en el
descampado de enfrente. Y explica que las cosas mejoraron en el barrio.
“Odiaría que cerrasen la casa de Poe, porque es una maravilla”, dijo.
(FUENTES: labrujulaverde.com; Museo Poe; clarin.com)
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