Morir
El
cielo es un cementerio de estrellas
para
escribir no hay que pasarla mal, sino peor.
El
infinito es una piedra en la que viaja el alma de la materia.
Somos
una palabra escrita en la cavernosa cicatriz de la vida.
Más nos
vale retirarnos a nuestro universo creativo
cuando
la realidad se pone mostrenca y mata a uno que otro poeta.
El
féretro es un refugio a su manera.
Mi
hábitat es un cuaderno a rayas y este planeta.
Tengo
opérculo y espiráculo a la vez,
soy una
especie de caracol ballena, en este caso poeta,
alguna
bestia marina.
No sé
bailar
Todo lo
que me quiere
me lo
alejó como una espada enterrada en mi cabeza.
La
poesía es la observancia de un acontecimiento en mis neuronas.
Me identifico
con el mito de Orfeo,
yo
volteó a ver a la palabra en el infierno
y la
pierdo matándola sin querer.
Soy lo
que la palabra ha hecho de mí,
soy lo
que la palabra no me quiere decir.
Soy tan
solo una manera de estar existiendo sin calcetines.
Alejandro
Espinosa Gaona.Ciudad de México, estudió letras en la UNAM.Publicó en revistas
nacionales e internacionales.Editó 3 libros: Pagafantas (2014), Del oficio de
la holgazanería (2016) y Hulk Kapput (2019). beppomatoso@hotmail.com
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