Poesía

 

QUE PRETENDO DEL AMOR

Que sea dúctil como una flor,

o cual graciosa mariposa

cuando al viento se enfrentó.

Que sepa mitigar las penas

con caricias amorosas

como las velas perezosas

que se arruman en el mástil

cuando la brisa sopla apenas.

Que no coloque candados,

que haga sentir el calor

de los rayos del dios sol

en un amanecer dorado.

Que se arriesgue, que sea osado

como aquellos clavadistas

que se lanzan a las aguas

desde picos elevados.

Que sea bello y sea blando

como ese polvo mágico

de las movedizas dunas

bajo la luz de la luna.

Que no guarde secretos

como la perla escondida

en el centro de la ostra

que está en la mar sumergida.

Que perfume el corazón

con el más fino aroma, 

que no engañe, que no duela

como en los ojos la arena.

                                Leonor Pires

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