La expectativa que tenemos al leer, nos hace pensar y desmenuza los caminos de la mente y del alma. Las obras que apuntan a la filosofía que puede dirigirse a todos, la real, aquella que se abre cada día de vida, y la podemos encontrar en la simpleza.
Los ojos que miran hoy, no son los mismos que los de años atrás, por lo que la obra por si misma trasciende a los siglos y a las nuevas construcciones.
El autor que hoy recomendamos tener en la biblioteca y leerlo una y otra vez para no dejar de sorprendernos es Antonie Jean Baptiste Marie Roger de Saint Exupèry. La mayoría de sus escritos fueron hechos en base a historias vividas, propias, y nos transmite en forma metafórica los sentimientos auténticos y personales del ser humano. El egoísta y ácido protagonista de Vuelo Nocturno, contra el curioso y pensante Principito. Ambos nos invitan a meditar acerca de nuestras propias vivencias.
Habitación Hotel Ostende, donde se alojaba en sus vacaciones |
El Principito
Su protagonista es un niño de alrededor de 12 años, que vive en un asteroide, y recorre muchos lugares para encontrar un verdadero amigo. En su camino, se encuentra con diversos personajes que va describiendo minuciosamente para darle un carácter filosófico a la historia.
El niño establece relaciones con cada uno de ellos, que el autor detalla con metáforas. Narra de una forma muy poética, la manera en que se desarrolla el mundo adulto. Habla de la amistad, el amor y el hallazgo de la felicidad, observando cosas simples de la vida.
El momento que atravesaba el mundo por ese entonces es simbolizado por un Rey autoritario, representaba el totalitarismo político y era una sátira de las monarquías europeas. Nos enamoraremos del personaje, nos reiremos, lloraremos y sentiremos recuperar la inocencia perdida, si somos capaces de volver a la infancia hasta terminar de leer la última página. Recomendamos su lectura a partir de los 13 años.
“ Hubiera sido mejor venir a la misma hora- dijo el zorro- Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres”
“Es muy simple- dijo el zorro- no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos” Fragmento.
La sensibilidad de Exupèry pasa de lo anecdótico a ser un relato cargado de poesía, quedando claro el deber social por encima de su propia vida.
Decoración de su habitación en Ostende
Vuelo Nocturno
Esta pareciera una obra personal. Está ambientada en 1930 y relata los peligros con que se enfrentaban los vuelos nocturnos dedicados al correo a principios de su fundación entre Punta Arenas y Comodoro Rivadavia .De los tres pilotos que surcan los mares uno se pierde en la tempestad, y no regresa. El creador de esos vuelos, Rivière, un personaje duro e inflexible, incapaz de demostrar afecto, solitario e implacable, en ese momento reflexiona sobre la vida, la muerte y el sentido de su trabajo a causa de una enfermedad que lo acompaña. Toma una decisión que parece inhumana y resuelve así la situación. Su ambiciosa empresa sigue estando por encima de lo personal y de lo humano.
“A veces, después de cien kilómetros de estepas más desiertas que el mar, cruzaba una granja perdida, que parecía arrastrar tras de sí, en una marejada de praderas, su carga de vidas humanas, y entonces saludaba con las alas aquella nave” Fragmento.
En
el sexto piso de
Antonie
de Saint Exupéry. Nació en Lyon, Francia, el 29 de junio de 1900. Fue
hijo de una familia noble pero jamás utilizó títulos de alcurnia. Lo
llamaban El Rey Sol, por sus rulos rubios. A los seis años ya escribía
versos y mostraba condiciones para la mecánica, que unió a su pasión por los
aviones. Sufrió un accidente de aviación en 1923 (el primero de muchos) del
cual salió ileso de entre los hierros de su aparato. Fue jefe de tráfico
en la empresa Aeroposta, en
Conoció a su esposa Consuelo Suncin en Buenos Aires, con quien si bien no tuvo un matrimonio demasiado feliz, simbolizaba la flor a quien él protegía bajo su campana de cristal en el famoso libro.
Al
estallar
Durante una misión de reconocimiento destinada a preparar el desembarco en Provenza, su avión desapareció cerca de la costa de la isla de Córcega. Nadie tuvo indicios de él ni de su avión hasta 1998, cuando un pescador encontró una pulsera que tenía grabado su nombre. A más de cincuenta años de su desaparición, fueron descubiertos en Marsella, restos del avión, que en una de sus partes exhibía los números de fabricación de los aviones militares que utilizaba Exupèry. Nunca se supo el motivo de la caída, aunque se presume que fue derribado por un caza alemán.
©Silvia Vázquez
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