Poema ARROYO BARRANQUILLERO
Digamos que fue una vena
del cauce fluvial del Magdalena;
hoy, un capilar entre cientos
que corre raudo y violento,
de contaminación instrumento
pues es licor que envenena.
Los desvalidos en sus luchas
tus lechos y también tus rondas
invaden con mil casuchas,
de hecho o con trapisondas,
sin que nadie a ello responda.
Apenas se rompe el cielo
con la lluvia más ligera
corren aguas y basuras
como si el arroyo pariera
lo que tirado a los suelos
se escondiera tras un velo.
¡Oh, plebe inculta y canalla
que tus inmundicias le arrojas
desde tus improvisadas trojas!
Triste verás que te hizo daño
alterar el ambiente de ese caño.
ABEL RIVERA GARCÍA.
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