Entregar mi amor, entregar mi corazón,
una o mil veces. ¡Qué más da!
¿Es una virtud, un bello gesto
o ingenua temeridad?
¿O todo en amor es fantasía
o quimérica realidad?
Eso pienso, amada mía,
si en el brillo de tus ojos,
veo las huellas que marcó mi amor
sobre tu cauce de dulzura y de candor;
y te imagino aquí a mi lado,
hoy tan bella como ayer,
para abrazarte y besarte
hasta romperme los labios,
y por siempre enamorarme.
Corazón mío. Cariño mío,
¡Déjame bendecirte con un beso!
¡Echa a un lado la tristeza!
Que hasta el cielo palidece
con tu gracia y tu belleza.
Ya todo te irá muy bien
como tanto lo mereces.
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