Homenaje al Maestro Lic Alberto Arregui en Villa Bosch
El pasado domingo 5 de diciembre se llevó a cabo el homenaje
al Lic Alberto Arregui, escultor, artista plástico de Villa Bosch, en el Paseo
de las esculturas, que desde ese día lleva su nombre, situado en Luis M. Campos
y Maestra Baldini de esa localidad.
La idea de realizar el homenaje al Maestro Arregui fue de José Luis Marconetti y Fiorella Bomarito, sumando luego a Mario Aguirre. Ellos fueron quienes convocaron luego a artistas, músicos y escritores.
La restauración de las obras que estaban en el Paseo, muy deterioradas, estuvo a cargo de Fiorella y José Luis, invitando a otros colegas y colaboradores a hacer lo propio junto a ellos.
Muchos vecinos asistieron hasta que cayó el sol, disfrutando de la música de Reina Bogdanoff Marcovich, Roxana Eugenia Nuñez, Dúo Juan Carlos y Norma Barrea. También danzó el grupo Taller de folklore del Centro Cultural Dos que van, de la prof. Gisela Paz.
Grupo Robert |
Finalmente para el cierre, el grupo Robert, integrado por Alejandro Encina Uriarte, Marcos Vázquez, Leonardo Sampayo y Roberto Mastrostéfano. Se unieron al festejo los integrantes de ASI, bailando.
Banco escultórico |
Grupo ASI |
Siguieron las
lecturas de los escritores Liliana Spaltro, Sergio García, Luciano Zavala y
Silvia Vázquez, y la exposición y venta de artesanías de varios grupos de la zona.
Liliana Spaltro |
Sergio García |
Luciano Zavala- Silvia Vázquez |
Ana Laise y Jorge Falco estuvieron a cargo de la parte plástica, exposición de obras artísticas.
La conducción del evento a cargo de Carlos Ledo.
Carlos Ledo |
Estuvo presente el Lic Diego Valenzuela, intendente de Tres
de Febrero, a quien se le agradece la colaboración en cuanto al audio, luces, e
infraestructura sanitaria. También presente, por supuesto, la hermana del
maestro, Gladys.
Lic. Diego Valenzuela |
Gladys Arregui |
También se inauguró la escultura dedicada al niño Sebastián Barreiro, víctima del atentado de la AMIA en 1991. Sus padres estuvieron presentes en el homenaje.
Mi agradecimiento personal a José Luis Marconetti, Mario
Aguirre y Fiorella Bommarito que además
de trabajar duro durante más de un mes, me invitaron a ser parte para organizar
la mesa literaria.
con José L. Marconetti, Amalia Hernández y Fiorella Bommarito |
La tarde fue emotiva. Las palabras hacia el Maestro Arregui
llegaron al corazón de todos y esperamos que este paseo se cuide, se mantenga y
la municipalidad se ocupe también de conservarlo como lugar de disfrute de los
vecinos.
Dejo a continuación el texto compartido a los presentes:
Sus ojos achinados guardaban la historia del barrio. Siempre
atentos a los detalles artísticos. Villa Bosch, el de los chalecitos y
jardines, se había transformado en el barrio de los edificios. Eso jamás
impidió que Arregui, el maestro, hiciera de su esquina, una muestra de arte
permanente.
Madre atómica asomaba dentro de las paredes en la esquina
de Gaucho Cruz y Maestra Baldini y en su frente, una escultura que no muchos
comprendían, que había estado dentro del jardín, y salió al mundo por pedido de
la gente. Es uno de los íconos del barrio, igual que la instalada en la Plaza
Murialdo, en la Beltrán, en el bosque de eucaliptus y ultimamente en la propia
puerta del taller. Ese perrito que un niño había dibujado y que él quiso emplazar
en la vereda de su casa. Esa tarde lo vi trabajando con el amor de siempre,
intentando que su figura fuera lo más parecida posible a la que aquel niño
había dibujado. Con más de ochenta y pico, como él decía, sostenía el arte con
las mismas ganas que cuando joven.
Siempre que pasaba por ahí, me preguntaba por mis libros. Recuerdo que
cuando presenté el segundo él estuvo presente ahí en silencio, escuchando todo
lo que hablaba y solo se acercó para decirme que lo que escribía era muy
hermoso pero que leyera un poco más lento. Por supuesto como maestro que fue,
sabía lo que decía y le hice caso.
Arregui decía que las obras no eran pensadas, que “es como
un sueño algo que uno vio o sintió y espera para ver, que sale, está en el
inconsciente por lo general lo que yo digo es porque antes lo dijo otro y yo me
quedo con algunas cosas.”
Muestras en la Dirección de cultura, niños que esbozaron
sus primeros dibujos en su taller, la estación de trenes mostrando su arte y la
de sus alumnos.
No quería viajar, aunque fue invitado a hacerlo, porque decía
que su viaje lo hacía todos los días con su imaginación y que además “acá había
mucho por hacer”.
Nunca trabajó a pedido, ni rentado, según sus propias
palabras. Si vendía una obra, donaba el dinero a la escuela, solo aceptaba
donaciones de materiales para trabajar.
Como jamás pago para estudiar arte, tampoco cobraba. “Yo
tengo algo especial con las madres, son el origen de todo.” Decía, por eso en
la mayoría de los esculturas había
madres o niños.
La última que comenzó fue la que se inaugura hoy, en memoria
del niño que falleció de la mano de su
mamá, cuando caminaba por la vereda de la Amia, en aquel hecho trágico.
¿Casualidad, una madre y su hijo?
Ese niño amaba las tortugas ninja y si bien él no pudo
terminarla, lo hacen estos estupendos artistas, de la misma forma que lo hizo
él, con amor, sin cobrar un centavo, por amor al arte.
Dentro de este homenaje a un hombre especialmente dedicado
al arte, también recordamos a quienes del arte hicieron su vida, y construyeron
ese puente invisible que une lo irreal con el ser, el hacer y el compromiso de
dejar la huella en alguna parte de esta tierra.
Este día recordamos
las los que crean, las cabezas que imaginan y la magia de saber plasmar en un
lienzo, en un trozo de material o en un papel, a quienes nos hacen volar con la
imaginación y nos traen a este mundo colmado de momentos sublimes
Les pedimos que la cuiden, así como al resto de las obras,
porque no es una escultura simplemente, sino el amor del artista, el amor
del niño a su juguete y el amor al arte.
Gracias maestro, por vivir aquí y permitirnos
compartir una charla en la vereda y que los chicos aprendan a expresarse.
Silvia Vázquez
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