Los primeros
indicios de la creación literaria en Paraguay se remontan en el primer poeta
que se asentaría de manera alternada en el Río de la Plata y posteriormente en Asunción.
... Llegó al Río de la Plata con la expedición de don Pedro de Mendoza en 1536.
Viaje nocturno
de Gualberto o Recuerdos y reflexiones de un ausente, de Juan Crisóstomo
Centurión, es la primera novela escrita y publicada como libro por un paraguayo.
Son varias las
razones que explican el nacimiento tardío de la literatura paraguaya: el
aislamiento común a todos los países australes de América durante la época
virreinal; el gobierno teocrático jesuita de las reducciones, que duró desde
1606 a 1767, la abundancia de población indígena guaraní con idioma y cultura
propios.
Obtenida la
independencia, destacaron el historiador M.A. Molas (1787-1844) y el poeta
patriótico N. Talavera (1839-1867). Tras la prolongada dictadura del doctor
Francia, la guerra contra Brasil y Argentina (1865-1870) tampoco despertó la
conciencia literaria del país y el mejor poema sobre esta calamidad nacional,
La nenia, lo escribió el argentino C: Guido y Spano.
Sin embargo, la
reconstrucción del país vio desarrollarse una generación de escritores paralela
a las que surgieron en la segunda mitad del siglo XIX en todos los demás países
del continente. Por entonces, la poesía cuenta con los románticos tardíos I.A.
Pane (1880-1920) y J.E. O’Leavy (1880-1969). El modernismo no encontró
cultivadores hasta entrado el siglo XX; así el narrador R. Barret (1877-1910) y
sobre todo los poetas E. Fariña Núñez (1885-1929) y M. Ortiz Guerrero
(1897-1933).
Son varias las
razones que explican el nacimiento tardío de la literatura paraguaya: el
aislamiento común a todos los países australes de América durante la época
virreinal; el gobierno teocrático jesuita de las reducciones, que duró desde
1606 a 1767, la abundancia de población indígena guaraní con idioma y cultura
propios.
Paralelamente, la narrativa estaba interesada en la temática criollista, con autores como J.N. González (1897-1933) autor de los apasionados Cuentos y parábolas (1922). Los narradores de la generación siguiente han desarrollado una labor profundamente marcada por dos acontecimientos históricos: la guerra del Chaco y la era de los exilios.
Ambos temas son
recurrentes en la obra de una serie de autores dominados por las figuras de
G.Casaccia (1907-1987) y A. Roa Bastos (nacido en 1917). La poesía de
vanguardia se inició con H. Campos Cervera (1908-1953) y Josefina. Pla (nacida
en 1909), renovadores de una lírica que alternará el testimonio de la
incomunicación y la soledad con la protesta política y social, o los acentos
místicos. Entre los poetas más jóvenes destacan R. Vallejos (nacido en 1943),
R. Dávalos (nacido en 1945), A. Ferreiro (1946) y P. Gamarra Roldán (nacido en
1948).
Escritores paraguayos
Roa Bastos y
algo de su trabajo
Augusto José
Antonio Roa Bastos fue un escritor, periodista y guionista paraguayo. Está
considerado como el autor más importante de Paraguay y uno de los más
destacados en la literatura latinoamericana. Ganó el Premio Cervantes en 1989
y sus obras han sido traducidas a, por lo menos, veinticinco idiomas. Falleció
en 2005 en Asunción, Paraguay.
Su obra está
mayormente basada en su retrato de la realidad del pueblo paraguayo a través de
la recuperación de la historia de su país, la reivindicación de su carácter de
nación bilingüe (Paraguay tiene el idioma guaraní como lengua oficial) y la
reflexión sobre el poder en todas sus manifestaciones, tema central de su
novela Yo el Supremo (1974), considerada su obra maestra y una de las cien
mejores novelas del siglo XX en lengua castellana según el periódico español El
Mundo.También escribió cuentos infantiles.
El trueno entre
las hojas, de1953. Contiene diecisiete cuentos:
Carpincheros,
El viejo señor obispo, El ojo de la muerte, Mano Cruel, Audiencia privada, La
excavación, Cigarrillos “Máuser”, Regreso, Galopa en dos tiempos, El karuguá,
Pirulí, Esos rostros oscuros, La rogativa, La gran solución, El prisionero, La
tumba viva y El trueno entre las hojas.
De sus
poemas, elijo este para compartir:
Los hombres
Tan tierra son
los hombres de mi tierra
que ya parece
que estuvieran muertos,
por afuera
dormidos y despiertos,
por dentro con
el sueño de la guerra.
Tan tierra son
que son ellos la tierra
andando con los
huesos de sus muertos,
y no hay
semblantes, años ni desiertos
que no muestren
el paso de la guerra.
De florecer
antiguas cicatrices
tienen la piel
arada y su barbecho
alumbran desde
el fondo las raíces.
Tan hombres son
los hombres de mi tierra
que en el color
sangriento de su pecho
la paz florida
brota de su guerra.
Josefina Pla
María Josefina Teodora Pla Guerra Galvany (Isla de Lobos, España, 9 de
noviembre de 1903-Asunción, 11 de enero de 1999), más conocida como Josefina
Pla, fue una poetisa y dramaturga paraguaya de origen español.
Escribió
poesía, cuento, novela y ensayo. Tuvo una gran influencia sobre las futuras
generaciones de intelectuales de Paraguay. A lo largo de su vida recibió
numerosos premios y distinciones por su labor literaria, por su defensa de los
derechos humanos y por la igualdad entre hombres y mujeres.
En 1926 llegó a
Paraguay y se estableció en el barrio Villa Aurelia y luego en el centro de
Asunción. De ese mismo año datan sus primeras incursiones en el ambiente
artístico de la que sería su patria de adopción, pues presentó sus escritos en
la revista Juventud, vocero de la generación de escritores del postmodernismo
paraguayo. Desde ese tiempo y hasta 1938 viajó dos veces más a España junto a
su esposo y, entretanto, colaboró en diversos periódicos y revistas del
Paraguay con poemas, artículos y otros textos literarios.
El viajero
...Y, de
pronto, el viajero
surgió. Sobre
el sendero
sus pies
dejaban pálido,
fosforescente
reguero.
Vio mi mano en
oferta,
y dijo: -¿Es
para mí?-
(Yo no sé si
despierta
o en ensueños
le oí).
...Extasiado,
mirándole
los ojos, se lo
di...
¡Poder no
pensar,
poderse
abandonar,
como el pétalo
al viento,
como al fuego
el sarmiento,
como la astilla
al mar!
Caminito
escondido
Caminito
escondido
que te embozas
en sombra
y con grama te
alfombras,
y al silencio
haces nido:
eres humilde y
breve,
y tu surco es
muy leve
entre el bosque
tupido.
Medio sol de
mañana,
un poquito de
luna,
un hilo de
fontana,
son toda tu fortuna...
¡Poco tienes,
sendero
enflecado de
sauces,
mas tú sabes,
camino,
que breve,
pobre, austero,
en sombra, eres
el cauce
de un designio
divino.
También yo sé,
camino
que, aunque
corto y umbroso,
te vio el dolor
celoso
y el amor
adivino;
que alguna vez,
acaso,
pudo
encontrarte al paso
el hada de la
suerte,
y que, en noche
sombría
o en el claror
del día,
te sabrá hallar
la muerte!
No quiero dejar
de mencionar al escritor guionista Robin Wood, nacido en Paraguay, fallecido en
el pasado mes de octubre , autor de historietas como Nippur de Lagash y Gilgamesh entre otras. Famosísimo
mundialmente. Tuve la suerte de conocerlo personalmente en la Feria de la
historieta hace unos años. Robin escribió la historia de Nippur sin haber
conocido ninguno de los lugares que describía en sus historias.
©Silvia Vázquez
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