Ley Nacional No
24498, Actualización del Código de Minería. Rige los derechos, obligaciones y
procedimientos referentes a la adquisición, explotación y aprovechamiento de
las sustancias minerales (julio de 1995). (noviembre de 1995).
La megaminería
se dio por primera vez en EEUU en el año 1979, mientras que a nuestro país
llegaron recién a fines de los noventa con las exploraciones de Bajo La
Alumbrera, en Catamarca y Cerro Vanguardia, en Santa Cruz.
No solamente en
estas provincias se sufre este desastre sino también en el norte con la
explotación de litio en los Andes.
Se ven desde la
ruta, camino al norte de Jujuy, los enormes camiones trabajando sobre las
laderas de las preciosas montañas de colores, destruyendo a su paso tanta belleza.
Recorriendo una de las pocas tierras coyas pude observar que ellos son uno de
los pocos pueblos que protegen la Pachamama y los territorios originarios.
La actualidad
de la minería metalífera en Argentina está caracterizada por operaciones y
proyectos en los que los principales productos son oro, plata, cobre, plomo y
zinc. ... Se están construyendo 3 minas de oro, de distinta escala que se
sumarían a la producción en corto plazo.
Aunque se trata de un elemento relativamente abundante, en los últimos años el litio se ha convertido en uno de los recursos que más interés despierta en el mundo, tanto entre las empresas vinculadas con las industrias extractivas o la química –que ven allí una oportunidad atractiva de negocios–, como entre los países que poseen reservas y que aspiran a atraer inversiones y generar eslabonamientos productivos.
Por su parte,
quienes utilizan el metal como insumo para sus procesos productivos necesitan
garantizarse una provisión a la altura del crecimiento de sus actividades, de
ahí que en muchos casos se asocien con empresas especializadas en las fases de
extracción y procesamiento inicial.
Está claro que
la demanda ha generado las condiciones para el actual ciclo ascendente del metal.
Si bien el litio se utiliza desde hace décadas en distintas actividades
industriales – como la fabricación de cerámicas, vidrios, caucho sintético y
lubricantes; en la industria del aluminio o la elaboración de medicamentos–, su
crecimiento explosivo se debe a que se convirtió en un insumo crucial para la
fabricación de las baterías de “ion-litio”.
Si bien durante
los años noventa eran los fabricantes de electrónica de consumo (como celulares
y computadoras) los grandes usuarios de este elemento químico, en los últimos tiempos
el crecimiento de su demanda proviene de los fabricantes de baterías para
vehículos eléctricos (automóviles, autobuses, motos y bicicletas) y, más
incipientemente, para el almacenamiento de energías renovables. Según los
analistas, estos nuevos usos apuntalarán el crecimiento sostenido de la demanda
en los próximos años.
Un recurso
estratégico
En el norte del
territorio argentino se asienta una de las mayores reservas de litíferas del
planeta, lo que ubica a nuestro país en el cuarto lugar entre los principales
productores de litio a escala global. Conforma, junto a Chile y Bolivia el
denominado Triángulo del Litio, en cuya geografía sobresalen el Salar de Hombre
Muerto de nuestro país, el de Atacama, en Chile y el de Uyuni, en Bolivia.
Como si se
tratara de un territorio especialmente bendecido por la naturaleza, los salares
de estos tres países concentran el 85% de las reservas de litio de fácil
extracción del planeta. Sus cuencas salinas son también fuentes de potasio,
boro, magnesio, además de sulfatos, carbonatos y cloruros de sodio, entre otras
sales de interés económico.Con más de 870.000 hectáreas disponibles para
explotación -según datos del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS)-,
las reservas nacionales de litio se concentran en tres provincias: Catamarca
(Salar de Hombre Muerto, Salar de Antofalla), Salta (Salar del Rincón) y Jujuy
(Salar de Olaroz, Salar de Cauchari). Se estima que allí se esconde entre el 10
y 12 por ciento del total de las reservas del mundo. Un verdadero tesoro de oro
blanco sumergido en las entrañas de la Puna Argentina, que puede transformarse
en una millonaria fuente de ingresos.“El litio es un mineral que se encuentra
en toda la tierra, es uno los metales menos escasos; de hecho, hay más litio
que cobre encerrado en nuestra corteza terrestre”, afirma Guillermo Garaventta
desde su laboratorio de la Facultad de Ingeniería. “La ventaja es que en
nuestro país existe una enorme cantidad litio en los salares, lo que permite su
fácil extracción. Eso explica que los ojos del mundo estén puestos en nuestras
reservas”.
La Doctora
Martina Gamba, investigadora de la Facultad de Ciencias Exactas y coautora del
libro “Litio en Sudamerica”, explica que “actualmente en Argentina hay dos
proyectos extractivos, que se desarrollan en las provincias de Jujuy (Salar de
Olaroz) y Catamarca (Hombre Muerto), y son explotados por Sales de Jujuy S.A, y
FMC, respectivamente”. Entre ambos
emprendimientos se extraen alrededor de 40.000 toneladas al año. Jujuy produce
unas 17.500 toneladas, y Catamarca llega a las 22.500. Esto representa más del
15% del litio a nivel mundial y ubica al país como el segundo exportador de
carbonato de litio proveniente de salmueras.
Pero Gamba
asegura que “la Argentina puede llegar hasta 130.000 toneladas al año si se
avanza en los proyectos que están en desarrollo: Salar del Rincón (Energy), en
Salta; Cauchari (Minera Exar), en Jujuy; Olaroz (Orocobre), en Jujuy. Además,
hay unos siete proyectos que están en etapa de prefactibilidad: Pozuelos
(Salta); Salar de Ratones (Salta), Mariana 1, 2 y 3 (Salta), Centenario (Salta)
y Gallego Project (Salta), Antofalla (Catamarca), Sal de Vida (Catamarca) y
Tres Quebradas (Catamarca)”.
Entre cálculos
y proyectos, el futuro del oro blanco en nuestro país parece no encontrar su
techo. Según estimaciones de distintos especialistas, se calcula que para el
año 2022, la capacidad extractiva a nivel local podría alcanzar casi las 200
mil toneladas anuales, lo que equivale a quintuplicar la producción actual. La
demanda es impulsada no sólo por el fuerte incremento en la fabricación de
baterías de la mano de las grandes automotrices, sino por su utilidad en la
industria cerámica, del vidrio, en la elaboración de grasas y aceites
resistentes al calor, polímeros, elaboración de medicamentos, en aleaciones
livianas junto aluminio y cobre -especialmente para la industria aeronáutica-.
Además, es valorado como combustible nuclear en reactores de fusión nuclear
(fusión de núcleos livianos), tecnología que aún está en desarrollo.
Se trata de
datos alentadores, especialmente a la luz de la evolución del valor del litio
en los mercados internacionales. Hace 15 años el precio por tonelada rondaba
los US$ 1.500. Entre 2018 y 2019, el rango de precios osciló entre los US$
10.000 y US$ 15.000 por tonelada.
Sin embargo, no
todas son buenas noticias. Y así lo explica Gamba:
Bajo la
legislación vigente, la exploración, extracción y comercialización está casi
absolutamente en manos de privados transnacionales –con alguna mínima
injerencia de alguna de las provincias como en el caso de Jujuy- sin tener el
Estado Nacional ningún tipo de política o participación en la cadena de valor
de algún derivado del litio.
“En Argentina
no hay un marco legal que regule la extracción del litio”, coincide Garaventta.
“En la actualidad se trata de un acuerdo entre privados donde las empresas
internacionales extraen el litio y se lo llevan. Los salares en general son
propiedad de particulares. El litio se extrae sin ninguna rentabilidad para el
Estado; la única ganancia deriva de los impuestos que pagan las compañías por
desarrollar sus actividades en nuestro país”.
En la misma
línea, Isidoro Schalamuk, director del Instituto de Recursos Minerales (INREMI-
UNLP- CIC) detalla que “el litio pertenece a la primera categoría en el Código
de Minería, Ley 1919. Esto significa que los exploradores y explotadores de un
salar pueden solicitar los derechos a explorar y explotar los recursos, pero no
son dueños de los terrenos; tienen el derecho de explotar pagando una regalía o
canon a la provincia en que se encuentra el depósito y una tasa a los dueños de
los terrenos. Normalmente se acuerda con las poblaciones originarias”.
El Dr Arnaldo
Visintin, investigador del Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas
y Aplicadas (INIFTA), suma un nuevo componente al debate: “América latina es un
proveedor de la materia prima, pero es preciso que modifiquemos esa ecuación.
Hoy tenemos una
enorme posibilidad de vender el litio no sólo como materia prima, sino
convertido en tecnología desarrollada en nuestro país”.Visintin hace cálculos y
asegura que “el carbonato de litio va a mantenerse en los rangos actuales de
precio por 20 o 30 años. Pero esto no es nada comparado a las enormes ventajas
que supone transformarnos en productores de baterías.
Una batería de 60 kwt que necesita un auto cuesta entre 20 y 30 mil dólares –ejemplifica--. No sólo se trata de darle valor agregado al litio; es una oportunidad para generar trabajo a través del desarrollo de alta tecnología con sello nacional”.
Pero lo
cierto, hasta el momento, es que el negocio del litio en Argentina se limita
hoy a la exportación de dos productos primarios: el carbonato de litio
(equivale al 93% de las exportaciones) y el cloruro de litio.
Más allá del proceso de obtención del carbonato de litio de la salmuera, no existe ningún producto industrializado luego de este proceso primario.
Y es aquí donde los especialistas coinciden en la necesidad de avanzar hacia modelos similares a los implementados Chile y Bolivia, los otros dos vértices del triángulo de litio. En ambos países, el mineral es considerado un recurso estratégico, y el Estado –con diferentes esquemas- participa de las ganancias, promueve empresas nacionales y hasta desarrolla sus propios productos industrializados.
En términos de aprovechamiento del recurso natural, la Argentina aún tiene un largo camino por recorrer. Y en este escenario, la Universidad Pública, como generadora de conocimiento, puede desempeñar un rol preponderante.
¿Qué pasa con el agua?
El agua cumple
un rol fundamental en el proceso hidrometalúrgico -la extracción, separación y
recuperación de metales usando soluciones líquidas, acuosas u orgánicas-, que
puede realizarse con tres métodos diferentes: lixiviación, flotación y
separación gravitacional. En el caso particular de la lixiviación, el agua
junto a reactivos solubles, disuelven los metales de interés, en forma selectiva,
extrayéndolos de las rocas.
En el caso de
la flotación, la separación de minerales se realiza con reactivos que permiten
generar un producto que es colectado, concentrado y luego filtrado donde el agua
es el medio de solución y transporte.
(fuentes:el litio en
Argentina, Ministerio de Educación de la Nación-
https://investiga.unlp.edu.ar/especiales/litio-17104-)
¿Contaminan las
mineras?
La minería es
una de las actividades humanas más degradantes para la Tierra porque elimina
ecosistemas contamina los ecosistemas terrestres adyacentes con las emisiones
gaseosas y dispersión de material particulado, como también los acuáticos
ubicados aguas abajo de las cuencas de los ríos y las aguas marinas. Esa
actividad deteriora el ciclo del agua, especialmente por el movimiento de agua
que se lleva a cabo en la corteza terrestre continental, ya que se alteran los
flujos de agua en sentido, dirección, cantidad y calidad del escurrimiento
superficial en la vegetación y en suelo, almacenamiento biótico temporal, los
escurrimientos subsuperficial y subterráneo.
(Por José Luis Rodríguez, extractado de Aporrea)
Nosotros no estamos a favor de la delincuencia, ni de la agresión, ni de la manada de gente incendiando establecimientos gubernamentales, pero creemos que la única forma que ese pueblo sea escuchado es mostrándose. Ellos en Chubut, esta semana, encontraron esta manera, no es la correcta, pero tampoco es correcto que las autoridades hagan oídos sordos a las peticiones e los más perjudicados, que son los habitantes, y en un futuro no muy lejano sus descendientes.
Por favor escúchenlos y vean alguna manera de solucionar estas aberraciones.
©Silvia Vázquez
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