Muchas gracias a Revista Guka, que me ha seleccionado como finalista del concurso Guka 2021:
Obra:
Día después
Asomó
su cabeza por la ventana de la cocina. Los vidrios caídos le impedían salir.
Empujó las piedras que estaban amontonadas detrás de la puerta del frente, la
abrió y salió a lo que en algún tiempo fue su jardín. La soledad lo acompañó
hasta el final de la calle. Nadie aparecía en las esquinas. Nadie se oía dentro
de las casas derrumbadas. Solo los sonidos crujientes de los escombros prestos
a caer. Buscó algo para comer. Solo latas abolladas y vidrios rotos y su perro
fiel a quien había cuidado desde cachorro cuando se mudó al vecindario.
Abrió
una de ellas y bebió el alcohol desesperadamente. Tenía que luchar contra su
voluntad para poder vivir esa nueva vida.
Se
apoyó contra la pared y cerró los ojos. Llegaba a la calle arbolada, el olor a
tilos le recordaba a su niñez. Su madre lo esperaba en la esquina cuando volvía
del colegio.
Aquella mañana el sol sí entraba por el ventiluz del comedor. Se sirvió el
café, mordió la tostada con manteca y pensó que ese podía ser un buen día.
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