viernes, 29 de octubre de 2021

Alfonsina y su mar





 

Alfonsina Storni nació en 1892 en Ticino, cantón italiano de Suiza. Escritora y poetisa argentina del Posmodernismo. Tenía cuatro años cuando su familia viajó a Argentina, vivió en las provincias de San Juan y Santa Fé; en la ciudad de Rosario (Santa Fe) Alfonsina estudió, se graduó de maestra e impartió clases.

Su muerte

La versión oficial determina que, al saber que se hallaba condenada a una muerte inminente, decidió acabar con su vida el 25de octubre de 1938.

Alfonsina consideraba que el suicidio era una elección concedida por el libre albedrío, y así lo había expresado en un poema dedicado a su amigo y amante, el también poeta suicida Horacio Quiroga.



Voy a dormir

 

Dientes de flores, cofia de rocío,

manos de hierbas, tú, nodriza fina,

tenme prestas las sábanas terrosas

y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, aéstame.

Ponme una lámpara a la cabecera;

una constelación; la que te guste;

todas son buenas; bájala un poquito.

Déjame sola: oyes romper los brotes...

 

te acuna un pie celeste desde arriba

y un pájaro te traza unos compases

para que olvides... Gracias. Ah, un encargo:

si él llama nuevamente por teléfono

le dices que no insista, que he salido...

 

Humildad

 

Yo he sido aquella que paseó orgullosa

El oro falso de unas cuantas rimas

Sobre su espalda, y se creyó gloriosa,

De cosechas opimas.

Ten paciencia, mujer que eres oscura:

Algún día, la Forma Destructora

Que todo lo devora,

Borrará mi figura.

Se bajará a mis libros, ya amarillos,

Y alzándola en sus dedos, los carrillos

Ligeramente inflados, con un modo

De gran señor a quien lo aburre todo,

De un cansado soplido

Me aventará al olvido.

Peso ancestral

Tú me dijiste: no lloró mi padre;

Tú me dijiste: no lloró mi abuelo;

No han llorado los hombres de mi raza,

Eran de acero.

Así diciendo te brotó una lágrima

Y me cayó en la boca... más veneno:

Yo no he bebido nunca en otro vaso

Así pequeño.

Débil mujer, pobre mujer que entiende,

Dolor de siglos conocí al beberlo:

Oh, el alma mía soportar no puede

Todo su peso.

        Alfonsina Storni


©Silvia Vázquez

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